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Mohamed y la pesca

Los cantores del reino auguraban que la visita de Mohamed VI abriría la esperanza para solucionar el grave conflicto pesquero entre la Unión Europea (UE) y Marruecos y que afecta, de forma especial, a la flota andaluza. El rey alauita, investidura política incluida por la Universidad de Granada, vuelve a sus palacios y el problema sigue, si no se ha agravado. El ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Benaissa, rebajó el optimismo de su homónimo Piqué y del voluntarioso Arias Cañete, el ministro de Agricultura y Pesca que sigue afirmando que el convenio, como la lotería del gordo, llegará por Navidad.La realidad, para desgracia de armadores, pescadores y lonjas andaluzas, es que no hay nada nuevo. Marruecos sigue sin mostrar sus cartas, salvo en que nunca jamás habrá convenio como el anterior, algo que también se tiene asumido entre los pescadores andaluces. Postura lógica, por otra parte, porque es historia reciente de cómo se saquearon los caladeros marroquíes. Hasta ahora, las compensaciones que se ponen sobre la mesa de negociación no han hecho variar ni un ápice la postura de Marruecos; habrá que poner otras, siempre y cuando no se cambien peces por tomates.

El problema radica en cómo dar salida y buscar soluciones a un sector importante en la economía andaluza, que afecta a unos cuantos miles de trabajadores, con unas pérdidas de más de ocho mil millones de pesetas. Las medidas de presión que se anuncian, también por la subida del gasóleo, estan al caer. Lo decían los pescadores y armadores: "Vamos a convertir Madrid en un puerto". Detrás de las pérdidas millonarias y las manifestaciones, con control de la entrada del pescado que llega de Marruecos, hay unos dramas humanos que no se pueden desconocer. Exigir al Gobierno español que presione sobre la UE y sobre Marruecos para acelerar un nuevo convenio, hasta ahora sin resultados, debe ser un objetivo inaplazable y más cuando después de la vista del rey Mohamed VI las cosas no sólo no encontraron vías de solución, sino que no se atisba en el horizonte esperanza de cerrar un acuerdo antes de finales de año.

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