Matrículas
De entre las fórmulas posibles para la nueva matriculación de los automóviles -acordes con la directiva comunitaria sobre la materia-, el Gobierno ha acabado eligiendo la más polémica, dando pie a una disputa mayor sobre un tema menor. El modelo planteado por los nacionalistas catalanes, y apoyado ayer en el Congreso por toda la oposición -incluir tanto la E de España como las iniciales de cada comunidad autónoma-, no sólo era constitucional, sino que reflejaba mejor que otras posibles la idea de la nación española que consagra la Carta Magna.La directiva comunitaria hace obligatoria la presencia del símbolo de la Unión Europea y del país, pero no prohíbe la inclusión de distintivos locales o de otro ámbito. Alemania ha decidido incluir el escudo del land correspondiente y las iniciales de la ciudad; Italia, las iniciales de la provincia, y Francia, el número del departamento. La polémica se planteó confusamente en España, como si la cuestión fuera la presencia o no de la E de España. Es verdad que así lo dijeron algunos nacionalistas, pero la proposición no de ley presentada ayer por CiU contra la resolución adoptada el pasado viernes por el Consejo de Ministros defendía expresamente la presencia de ese distintivo junto al de la autonomía. Era la fórmula que sectores del propio Gobierno habían adelantado en las últimas semanas como más razonable.
Ayer, el PP hizo una defensa rutinaria y tosca del modelo que excluye cualquier distintivo autonómico. El argumento fue que así lo quería la mayoría, según las encuestas. Es una razón de poco peso, porque es un asunto que no puede dilucidarse por sondeo, dada la diferente sensibilidad que existe sobre el mismo en las distintas autonomías, y porque la encuesta conocida no planteaba la hipótesis de hacer compatibles ambas iniciales. Otro argumento peregrino fue que lo pedía el sector de compraventa de automóviles: la gente no compra coches con matrículas de otra comunidad.
Para la mayoría es un asunto sin importancia; pero los nacionalistas -y algunos autonomistas- le otorgan gran peso simbólico. Aznar prometió mantener con ellos igual relación que en la anterior legislatura, aunque ya no necesitara sus votos. Entonces, ¿por qué ha perdido esta ocasión de hacerlo en un tema inocuo que a los nacionalistas les importa mucho?
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