Guardias de acero y trajes vaporosos
El endurecimiento de los modos y maneras del servicio de seguridad de la Pasarela Cibeles ha sido muy comentado entre los profesionales del sector y protestado por el público en general. Y ha habido de todo. El jueves por la noche, en el desfile del diseñador catalán Josep Font, que ha sido el más perjudicado de tales desaguisados, no hubo ni un solo fotógrafo de prensa, con lo que se ha visto muy menguada la repercusión de su esfuerzo en la prensa escrita.
Poco antes de iniciarse el desfile, el más personal e imaginativo de los presentados en esta edición de la pasarela madrileña, calificado por la mayor parte de la crítica como el mejor del momento, todos los fotógrafos se habían retirado en solidaridad con el fotógrafo de la revista Lecturas, que había sido literalmente arrasado por el rodillo de un celoso guarda. Personalidades muy conocidas, como Ángela Molina, tuvieron algunos problemas para acceder al espacio del desfile de Font, que se realizó en el patio central de Ifema y que contó con la asistencia de la ministra de Educación y Cultura, Pilar del Castillo.
También el jueves por la tarde, en momentos previos al comienzo de los desfiles, a uno de los principales colaboradores del diseñador Pedro del Hierro se le impedía el acceso a la zona de camerinos por un defecto de forma en la acreditación.
A última hora de ayer, otro incidente sorprendió a los guardias de seguridad. Un espontáneo travestido saltó desde el público a la pasarela donde consiguió ser fotografiado por la prensa. Los guardias actuaron de inmediato llevándoselo en volandas.
Babelia
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