Manuales en el carrito

Los hipermercados atraen a los padres con rebajas del 25%, mientras arrecian las quejas de las pequeñas tiendas

"Teresa, tú a por los libros, y yo, a por la comida". La mujer acepta el reparto y, flanqueada por sus dos hijos, se dirige a la zona de los manuales escolares, donde se agolpan padres, niños y carritos. Sobre el mostrador, los carteles recuerdan: 25% de descuento en libros de texto. Y es que los hipermercados han aprovechado al vuelo la decisión del Gobierno de liberalizar la rebaja de los volúmenes de la enseñanza obligatoria. De nada sirven las quejas de las pequeñas librerías, que se sienten casi expulsadas de un negocio millonario y estacional: 77.897 millones de pesetas se gastaron los padres en libros educativos y material complementario en el curso 98-99, último para el que la Asociación Nacional de Editores de Libros de Enseñanza ofrece datos."Me da un poco de grima comprar los libros del colegio al tiempo que la harina o el tomate frito, pero no me queda más remedio que hacerlo así", explica Teresa, lista en mano. Dos motivos la han empujado hasta este híper de la periferia madrileña: el ahorro -"tengo que multiplicar la factura por dos, porque tengo dos chicos en primaria"- y la retirada de su librero de siempre. "Todos los años compraba los manuales en una librería y papelería de mi barrio, donde me hacían algún descuento. Pero el otro día el dueño me dijo que ya no iba a vender libros para este curso, porque no podía hacer tanta rebaja como los hipermercados", relata esta madre.

Alfredo Bragado sabe muy bien a qué se refiere la mujer. Él, que tiene una librería colindante con el híper, lleva años sin vender un solo manual escolar y ofrece el resto de los libros con un 5% de rebaja, la misma que hace la gran tienda para la gama no educativa. "La primera vez que el hipermercado ofreció libros de texto con una especie de cheque descuento para gastarlo en otros artículos, yo perdí bastante dinero. No podía competir y me tuve que quedar con un montón de libros, porque las editoriales no me permitían devolver más del 12% de los ejemplares", relata.

Este librero ha tenido que reconvertirse para poder mantener abierto el negocio. "Cuando me establecí aquí, hace 18 años, vendía sobre todo libros. Ahora el grueso de los ingresos proviene de la prensa y las revistas, como si fuera un quiosco, y los libros sólo son un complemento", relata. Con todo, Bragado se consuela. "Las librerías que están en la calle lo pasan peor. Les ocurre como al pequeño comercio en general, que no puede competir con el grande. Encima, si optan por vender también prensa y revistas, tienen que abrir todos los domingos".

"Menos mal que aquí no hay híper, pero de todas formas me afecta su competencia", afirma José Luis Quintanar, propietario de una librería en Tres Cantos, una localidad próxima a Madrid, con 30.000 habitantes y ninguna gran tienda. En previsión, este profesional ha hecho pedidos más cortos para la presente temporada, por miedo a perder dinero con los excedentes. "Ya veremos cómo va septiembre. De momento, este agosto he vendido menos textos que el mismo mes del año pasado", afirma el librero.

Quintanar ofrece un 10% de descuento. "Si rebajo más, pierdo dinero", sostiene. El librero, que tiene en los volúmenes escolares cerca de la mitad de sus ingresos anuales, detalla que, si compra a un distribuidor en lugar de hacerlo directamente a la editorial, su margen de ganancia es inferior al 25%. También lamenta que las casas de edición "vendan directamente" a los colegios y a los híper.

"El Gobierno queda bien al permitir descuentos en los libros, pero eso es a costa de empobrecer al sector", sostiene el librero tricantino. La Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL) ha echado números al respecto. Calcula que las tiendas de libros perderán 10.000 millones de pesetas este año por culpa de los descuentos libres. Añade que la venta de manuales escolares supone, de media, el 37% de los ingresos anuales de las tiendas de libros. Ante este panorama, la organización augura el cierre de 2.000 librerías.

Además, llueve sobre mojado. Según CEGAL, el año pasado los libreros perdieron ya 5.000 millones de pesetas a consecuencia del primer descuento para libros de texto que aprobó el Gobierno (limitado al 12%).

Ajenos a las quejas de los libreros, los consumidores y las asociaciones de padres aplauden la libertad de descuentos para los libros de la enseñanza obligatoria, si bien los progenitores y algunas organizaciones de consumidores reivindican la gratuidad de los textos para los cuatro millones y medio de chavales que cursan la enseñanza obligatoria.

Aunque una cadena como Carrefour (la mayor de España, con 119 establecimientos) incluso se precia de "contribuir a controlar la inflación" con los descuentos del 25%, no todos los grandes han optado por rebajar tanto el precio de los manuales. Hipercor (El Corte Inglés) ha limitado al 15% el descuento.

Pese al ahorro, hay clientes remisos, como Lourdes Alonso. Hojea los libros en un híper, pero no compra. "El año pasado los encargué aquí y fallaron. Cuando empezó el curso aún me faltaban varios. Por eso he vuelto a la librería de siempre. Posiblemente me saldrá algo más caro, pero estoy segura de que los tendrán todos y a tiempo", concluye.