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57º FESTIVAL DE VENECIA

Altman asegura que no le preocupa que sus películas sean originales

Richard Gere da vida a un ginecólogo en 'Dr. T. and the women'

"Es mi declaración de amor a las mujeres de Dallas", dice Robert Altman (Kansas City, Missouri 1925) en la presentación de su última película El doctor T. y las mujeres, que se estrenó ayer en Venecia. Un amor corrosivo porque las mujeres que rodean al doctor T. son un conjunto de damas histéricas y superficiales. Altman no está de acuerdo. "Las mujeres sacan la conclusión de que es una película políticamente incorrecta. Pero no es así, otra cosa es que haya gente que la ve a través de sus propios prejuicios políticos".

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Como en otros filmes de Altman, se trata de una historia coral en la que aparecen retazos de anteriores cintas suyas. "Es cierto", reconoció ayer el director. "Antes pretendía ser original en cada filme, pero desde hace tiempo ha dejado de importarme. Me hago cargo de que todos son capítulos de un mismo libro".El bello Richard Gere, que acaba de ser padre a los 51 años, tomó asiento ayer al lado de Altman (bien conservado también a los 75 años) en el estrado de la sala de prensa del Lido. No necesitaban a nadie más para explicar el trasfondo de una película que ha sido en cierto modo un maná para la Mostra de Venecia. Aun no siendo una película conseguida, atrae la atención de la gente y las salas de proyecciones y la sala de prensa estaban ayer de bote en bote. Ninguna de las ocho actrices protagonistas (entre ellas Liz Tyler, Laura Dern, Farrah Fawcett y Helen Hunt) han venido al festival. Tampoco importa porque en el filme el único personaje fundamental es el doctor T. "Es el personaje más amable y correcto que he interpretado nunca", dice Gere. "Es un hombre con una profesión seria, con una familia, un buen ciudadano, con una vida ordenada. Mi vida ha sido todo lo contrario. Con razón mi madre dice que el doctor Travis es el hijo que le hubiera gustado tener".

Curiosidad masculina

La historia de Dr. T. es la de un hombre profundamente respetuoso y enamorado de las mujeres que, "sin embargo, no las conoce. Las mira por el lado equivocado", dijo Altman con un guiño de humor. Porque el Dr. Sullivan Travis, interpretado por Richard Gere, es un ginecólogo. "No podía escoger otra profesión para mi personaje. Los hombres siempre hemos tenido una curiosidad especial por esa profesión y la relación que establece el ginecólogo con sus pacientes", explicó Altman. Nuestro Doctor Travis nada en un mar femenino tanto en su casa (mujer, dos hijos, cuñada y tres sobrinas) como en la consulta, con un impresionante staff de enfermeras, y una legión de pacientes."La historia es universal, pero la hemos situado en Dallas porque es un lugar bastante especial. Lleno de gente rica, hombres que sólo piensan en hacer dinero, mientras sus mujeres se pasan la vida yendo de compras. Por eso aparecen en la película todas con inmensos sombreros, trajes extravagantes, porque es el único entretenimiento". No ofrece Altman, sin embargo, ningún juicio moral sobre esa sociedad enloquecida. Se limita a contar la ambigüedad de las relaciones humanas y cómo los hombres solícitos, responsables, los que veneran a las mujeres como algo sagrado, pueden acabar por anularlas, a fuerza de no verlas como personas.

En la película, una de las hijas de Gere trabaja como guía enseñándoles a los turistas la zona donde fue asesinado el presidente Kennedy. ¿Hay pesimismo en su visión de América? "No. Nunca he sido pesimista sino realista", protesta el director. "En América Dallas es conocida por dos cosas: el asesinato de Kennedy y los vaqueros".

Altman ha trabajado en esta ocasión con Anne Rapp, la misma guionista de su anterior filme, Cookie's fortune. Y también la estructura de Dr. Travis tiene bastantes altibajos. Un personaje brillante es el de Bree, la profesora de golf que interpreta Helen Hunt. La única de todas las mujeres que rodean a Sullivan Travis que no le necesita.

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