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Una 'guerra' biológica contra los cultivos ilegales

El arma biológica podría formar parte del arsenal colombiano para combatir los cultivos ilegales. Un grupo de científicos ha descubierto tres hongos microscópicos que amarillean las plantas de marihuana, amapolas de heroína y arbustos de coca, haciendo que se deshojen y se sequen.Los detractores de un hongo semejante alegan que su uso podría provocar un desastre medioambiental, pero otras personas consideran que es una buena alternativa a la fumigación, que deshoja las plantas, además de otros cultivos, bajo la neblina que dejan los aviones.

El uso potencial de los hongos ocupa un lugar importante en el debate sobre el método más efectivo para frenar la producción y el tráfico de droga, especialmente con motivo de la visita del presidente Clinton ayer a Colombia, el primer país productor de cocaína. El hongo sofoca las plantas bloqueando su sistema vascular, como si se produjera un corte del riego sanguíneo en un ser humano. Pero a los ecologistas les preocupa qué sucede después. "Puede tener impacto sobre otras especies", comentó un biólogo del Gobierno colombiano. "Éste es un organismo vivo que se transforma para sobrevivir. Estas pruebas suponen un riesgo para Colombia y toda la cuenca del Amazonas". Con este argumento, Colombia -como el Estado de Florida, en EE UU- ha prohibido que se realicen pruebas con este hongo, de la misma familia del que erradicó plantaciones de algodón en Australia o cultivos de melón en California.

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La experiencia ha demostrado que cada tipo de hongo escoge a sus víctimas, decantándose generalmente por una sola especie vegetal. Pero los científicos siguen realizando experimentos para establecer cuán adaptable es cada hongo a distintos terrenos y climas. Esto es determinante en la jungla colombiana, donde no han sido identificadas todas las especies.

Como el hongo vive en la tierra, realiza su labor sin que le afecten las condiciones meteorológicas, una ventaja respecto a los pesticidas, que pueden ser arrastrados por la lluvia o el viento.

Mientras las pruebas con hongos que atacan plantas de coca o de marihuana experimentan un declive, ya se está investigando un hongo de distinta familia que afecta a las amapolas de heroína.

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