Peces muertos contra el Gobierno

Continúa la polémica entre los ecologistas y el Ejecutivo navarro sobre el estado del río Arga

La asociación ecologista Gurelur no pudo entregar ayer en el Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra varios cientos de peces muertos recogidos el pasado día 21 en las aguas del río Arga a su paso por Pamplona. Miembros de la Policía Foral impidieron, en un clima de tensión y forcejeos con los responsables de la asociación,que las cajas que contenían los animales, previamente congelados y empaquetados, fueran depositados en el registro como denuncia de una nueva agresión a la fauna del río, de la que el Ejecutivo foral asegura no tener constancia.El de ayer fue un nuevo episodio del desencuentro que mantiene Gurelur con las autoridades medioambientales de la Comunidad foral desde hace más de un año. Antonio Munilla, responsable de la asociación, acompañado de tres jóvenes miembros de Gurelur, aseguró que con su acción sólo pretendía atender la "petición de colaboración" que Medio Ambiente le hizo meses atrás en otra de sus frecuentes polémicas públicas. Pero si Munilla quiso entregar 384 carpas, madrillas, chipas, barbos y gobios recogidos en el Arga el día 21, el Departamento de Medio Ambiente negó, a través de una nota oficial, que hubiera habido mortandad alguna en esa u otras fechas cercanas.

Durante muchos años Gurelur trabajó codo a codo con la Administración foral, llegando a gestionar mediante convenios anuales el centro de recuperación de fauna salvaje de Ilundáin, propiedad del Gobierno navarro. Sin embargo, las relaciones se fueron deteriorando y Gurelur pasó a ser un organismo muy crítico con la política medioambiental del Gobierno, a lo que esté contestó retirándole la gestión del centro en julio de 1999. Desde entonces, los ecologistas han mantenido una dura línea de denuncia de la gestión ambiental del Gobierno de UPN, tanto en lo relativo a la calidad de las aguas del río Arga como en asuntos tan variados como la construcción de dos celdas de seguridad en Pamplona y Lodosa para enterrar suelos contaminados procedentes de la empresa Inabonos o su política de caza y pesca.

El de ayer fue uno más de los enfrentamientos que han tenido al río Arga como eje central. Según Gurelur, el Arga es "un estercolero" en muchos de sus tramos, en el que apenas hay fauna y que sigue recibiendo vertidos incontrolados. "En la última mortandad del día 21 ni siquiera se molestaron en recoger los animales del cauce", aseguró ayer Munilla.

Medio Ambiente sólo reconoce una mortandad en el río, la registrada el pasado 4 de julio, debido a una fuerte tormenta que mató a 5.000 peces al hacer descender drásticamente el nivel de oxígeno El Gobierno asegura que la situación del Arga es mucho mejor que la de años anteriores, en que murieron varios cientos de miles de peces, y añade que la fauna se ha recuperado satisfactoriamente. No obstante, en septiembre de 1999 el Ejecutivo foral reconoció que la escasa capacidad de uno de los colectores de aguas fecales de la ciudad, el llamado C-2, era uno de los orígenes de los vertidos mortales al río, tal como lo venía subrayando Gurelur. El colector se desbordaba y a través de un aliviadero gran cantidad de materia orgánica acababa en el cauce, aniquilando el oxígeno. La empresa Ikaur de San Sebastián realiza actualmente un estudio global sobre la calidad de las aguas en 25 kilómetros de río y los motivos de su cíclica contaminación para aplicar medidas correctoras.