China liberará a los 7.000 osos enjaulados a los que extrae bilis
El líquido se vende a precios astronómicos para usos en la medicina tradicional asiática
China se ha comprometido a liberar en 10 años a los más de 7.000 osos negros (Ursus thibetanus) que mantiene en granjas para extraerles la bilis. Esta sustancia se ha utilizado en la medicina oriental durante los últimos dos mil años para aliviar ojos irritados, dolencias hepáticas y fiebres altas. Cada animal da unos cinco kilogramos de bilis al año, por los que se pagan hasta 10 millones de pesetas en el sureste asiático.
Imágenes lacerantes
La intención del Gobierno no tiene rango de ley, sino que es un acuerdo con la Fundación Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) para ir cerrando las granjas poco a poco. De momento, este año saldrán de sus jaulas unos 500 animales.Los osos negros son una especie protegida y su comercio está prohibido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies en Peligro de Extinción (CITES). Corea del Sur prohibió las granjas de osos en 1992, pero otros países, como China, Corea del Norte o Vietnam, han mantenido su explotación hasta la fecha.
Para ordeñarles la bilis, a los animales se les introduce un catéter de plástico o de metal hasta la vesícula. La herida no se cierra nunca, y la lamentable higiene hace que sea un permanente foco de infecciones. Además, para evitar que se quiten el doloroso tubo con las zarpas, a los osos se les inmoviliza, y así permanecen en cautividad hasta 22 años, según la IFAW.
El negocio es redondo si se tienen en cuenta los altos precios de esta sustancia en los mercados del sureste asiático, que en 1990 llegaba a los 10.000 dólares por kilogramo (más de 1,8 millones de pesetas al cambio actual). Cada animal proporciona unos cinco kilogramos de esta sustancia al año.
Fue Jill Robinson, miembro de la IFAW (www.ifaw.org), la primera occidental que, disfrazada de turista, visitó en 1993 las granjas de osos de China. "Nunca he visto una miseria semejante", manifestó la ecologista británica.
Robinson fue quien dio la voz de alarma, apoyando su testimonio con fotos de osos lacerados, llenos de abcesos y heridas abiertas, alguno con los dientes rotos de morder los barrotes de las jaulas y contusiones en la cabeza de golpear contra las paredes de su encierro. Después de su viaje, la ecologista, residente en Hong Kong, creó la Fundación de Animales de Asia, una rama de la IFAW, e inició una campaña para liberar a los animales, a la que se ha unido recientemente la ex actriz Brigitte Bardot.Aparte de la presión ecologista, el descubrimiento de alternativas más baratas obtenidas de forma sintética o a partir de hierbas medicinales también ha ayudado a este cambio de actitud de las autoridades, que en 1993 pensaban en incrementar el número de osos estabulados hasta los 40.000, según los ecologistas.
Otro problema que tienen que solucionar los gobernantes, reconoce Robinson, es encontrar una ocupación para los miles de campesinos que viven del comercio de la bilis y otras partes de los osos, como las patas, consideradas un manjar en la cocina china.
La IFAW prevé liberar a los osos en diversos parajes naturales, pero antes tiene que curarlos y prepararlos para la vida salvaje. Muchos animales fueron cazados de cachorros, y no saben comportarse en libertad. Cuando en 1995 la fundación se hizo cargo de los nueve ejemplares de una granja que cerró, su lamentable estado obligó a sacrificar a uno de ellos. Los otros ocho viven, "felices y saludables", según la IFAW, en el refugio que la fundación está construyendo en la provincia de Sichuán, en el centro del país. Hasta que estén listos para recuperar la libertad, los animales reciben, entre otros cuidados, la que Robinson llama "la mejor terapia del mundo": bocadillos de miel y helados.
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