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La escasa inversión en depuración de aguas es el punto negro de las playas andaluzas

La inversión en saneamiento supone el 0,1% de los ingresos del sector turístico en Málaga

Desequilibrio

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Se necesitan 400.000 millones en 5 años

La industria turística andaluza tiene una materia prima indiscutible: el mar. Sin embargo, en proporción a los ingresos generados por el sector, la reinversión en infraestructuras de saneamiento es escasa. Ese desequilibrio convierte la depuración de aguas en el principal punto negro de las playas andaluzas.Según la correspondiente directiva comunitaria, los municipios mayores de 15.000 habitantes deben disponer de saneamiento integral antes de fin de año, pero por el ritmo que llevan los proyectos y a la luz de las previsiones presupuestarias del Gobierno -que es quien debe acometer esas infraestructuras- los plazos no podrán cumplirse. Partidos políticos, instituciones vinculadas a la promoción turística y el propio sector reclaman a la Administración central una inversión más fuerte e inmediata que impida que estas deficiencias empañen la calidad de la oferta.

Sanciones comunitarias

Las cifras sobre la Costa del Sol son un ejemplo para comprobar el desfase entre los recursos que genera el turismo y la inversión en depuración de aguas. El Observatorio Turístico de la Diputación de Málaga prevé que este año visiten la provincia más de ocho millones de viajeros que dejarán 1,1 billón de pesetas. Frente a estas cifras astronómicas, las adjudicaciones de obras de saneamiento apenas superan los 1.200 millones (poco más de un 0,1%). Este desequilibrio se repite en el resto de las provincias andaluzas y también en las inversiones destinadas a la regeneración de playas.Para Ana Gómez, gerente del Patronato de Turismo de Málaga, "acortar los plazos de adjudicación es urgentísimo", no sólo para garantizar el cumplimiento de la directiva europea, sino para asegurar el futuro de un sector del que sólo en esta provincia dependen 70.000 empleos directos.

"Los ayuntamientos hacen un importante esfuerzo inversor; los empresarios, otro tanto, porque sólo en la provincia han invertido 32.000 millones en planes de mejora; hay 22 hoteles en construcción. Frente a esta apuesta no se puede consentir que el saneamiento siga siendo la asignatura pendiente", se queja Gómez.

Aunque la gerente reconoce que la situación es similar en toda Andalucía, afirma que en Málaga las deficiencias se acentúan ya que es el principal destino turístico de la comunidad. Según los datos del Patronato, completar la red de depuración de aguas sólo en la provincia requiere unos 25.000 millones de pesetas, lo que supone que las partidas presupuestarias previstas para este año apenas representan el 5%.

Tras aportar estas cifras, Gómez apunta a que con el retraso en el saneamiento integral, Andalucía no sólo se expone a sanciones comunitarias que pueden dañar la imagen del pilar económico de la región, sino que además el sector se arriesga a que los grandes operadores turísticos aprovechen esta situación para forzar un abaratamiento de los precios.La preocupación es compartida por José Luis Centella, diputado de IU: "Una zona turística como Andalucía no puede incumplir los plazos en materia de depuración de aguas. Hay una falta evidente de voluntad inversora. Se viene a sacar y no a reinvertir, una política peligrosa porque podemos pasar a una lista negra de destinos turísticos sin saneamiento".

La reivindicación de Gómez y Centella no hace más que recoger un sentir que se refleja en las encuestas. El informe anual del Observatorio Turístico de la Diputación, presentado a finales de mayo pasado, recoge que por sexto año consecutivo la suciedad de las playas es el apartado que concentra las quejas de los turistas.

Con todo, el estado sanitario de las aguas andaluzas no es malo. El último estudio del Servicio Andaluz de Salud sólo prohibe el baño en dos playas de la comunidad: la de Azucenas, en Motril (Granada) y la de La Yuca, en Benalmádena (Málaga). En el resto, los resultados analíticos se ajustan a los "imperativos de calidad sanitaria" y las condiciones higiénicas son las "correctas".

Hay otro parámetro para evaluar el estado de las playas: las banderas azules, un sistema que más que la calidad del agua, mide el equipamiento y las infraestructuras de las zonas de baño. Este año, el litoral andaluz tiene 64 banderas azules, 14 menos que en 1999.

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