Radicalismo prudente

Si alguien creyó ayer que los editores, enzarzados en el debate sobre su futuro, se iban a olvidar de la reciente liberalización de los descuentos en el precio de los libros de texto, estaba muy equivocado. Alejandro Sierra, de la editorial Trotta, se encargó de que el tema no pasara inadvertido en una ponencia sobre las asociaciones de editores que le vino al pelo. Fue, como diría luego Jorge Semprún, radicalmente prudente. "He escrito esta comunicación", leyó, "desde la conciencia de que el sector del libro ha sufrido una derrota innecesaria y gratuita; todo el ecosistema del libro ha sufrido una derrota. Tanto por las consecuencias que se derivarán del propio decreto-ley como por no haber dispuesto de estructuras propias del libro que, actuando como neurotransmisoras, hubieran sabido comunicar eficazmente a la sociedad qué papel desempeña el libro, cuáles son los cauces de transmisión de la cultura y cuáles son sus riesgos y cuál es la función social del acto de editar".Sierra, que fue presentado por Semprún como un editor independiente, "típico de lo que puede desaparecer o de cómo puede sobrevivir", afirmó que el debate no debe ser tanto sobre "editores pequeños o grandes, independientes o no, sino sobre la posibilidad de establecer vínculos entre editores resistentes". Añadió que, en sus distintos modos de organizarse, "deben constituir una instancia permanente de vigilancia de situaciones, de denuncia de riesgos, de reforzamiento del sentido de las tareas antiguas", refiriéndose a la función del editor en todo el sentido de la "bibliodiversidad".

Afirmó que la ciencia económica no debe impedir la imaginación y la solidaridad. "Son tareas en cierto modo proféticas que, como saben, guardan siempre relación con el destierro y el desierto. Y no sería desdeñable pensar que, una vez haya desaparecido la diversidad y haya arraigado la monotonía, surja entonces la nostalgia del canto antiguo de los editores que se hayan mantenido fieles. Será entonces cuando se nos pida que cantemos. Y habrá que tener el canto listo y la voz templada".

El director general del Libro, Fernando de Lanzas, que no se perdió ni una sesión ni una ponencia, inauguró ayer el 16º Encuentro sobre la Edición, que se celebra en la UIMP de Santander y del que es alma y principal impulsor el editor santanderino Francisco Pérez González. De Lanzas dijo que en el Consejo de Ministros de mañana se debatirá sobre la economía del libro en el espacio cultural europeo.