Atraque sin derechos

Exceptuando los puertos de Bilbo y Pasaia, que siguen en manos del Estado español, la competencia de puertos es del Gobierno vascongado. Desde hace años, el desmantelamiento de la flota de bajura se viene produciendo inexorablemente por las imposiciones de Bruselas y Madrid, pero también con la colaboración del Gobierno de Gasteiz, que lo incentiva económicamente y deja este sector tan fundamental para nuestra economía en situación de auténtica indefensión. Al mismo tiempo asistimos a la proliferación de proyectos de puertos deportivos, los más con una fuerte oposición popular por el gran impacto medioambiental que producirían en el entorno natural.Se da el caso, entre otros muchos, del puerto de Lekeitio. Con la paulatina reducción de la flota atunera se produce el aumento de la de recreo. Se acomete una ordenación de los puntos de atraque de las embarcaciones (no muy acertada por cierto) mediante boyas e instalaciones de pantanales, pero con una ausencia total de servicios. Eso sí, el Gobierno establece unos precios anuales por atraque del orden de 150.000 ptas. Ahora bien, a la hora de repostar combustible para las embarcaciones a motor ya te puedes buscar la vida y llevarte tu propio camión cisterna a pie de puerto y trasegar el combustible a base de garrafas o tender una manguera de 500 metros hasta la gasolinera del pueblo, porque conseguir que realice dicho servicio el encargado del puesto de suministro situado junto a la lonja de la Cofradía de Pescadores es poco menos que un milagro. Se da la circunstancia que en estas fechas se encuentra de baja por enfermedad y no ha sido sustituido, con lo cual el suministro de combustible (los de agua potable y de electricidad no existen) está en suspenso.

Ciertamente, no llego a comprender la política que el Ejecutivo de Gasteiz practica en materia de puertos y tampoco de pesca. Si por un lado se desmantela la flota pesquera y por otro se pretende potenciar la deportiva y de recreo sin ofrecer servicios básicos, ¿qué queda? Las 150.000 pesetas que nos roban por la cara todos los años como a auténticos pantxitos. Ven y cuéntalo.- Karla Lotada. Lekeitio.