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Luxemburgo se atraganta con los frutos secos

Juan Pastor es uno de los más de 400 agricultores valencianos que ayer participaron en la manifestación que sindicatos y organizaciones agrarias de España, Francia, Italia y Portugal organizaron en Luxemburgo para pedir a la Unión Europea que mantenga las ayudas a los frutos secos. Sólo en territorio español se cultiva el 77% de la producción comunitaria.Dedicado en exclusiva a la agricultura en la localidad alicantina de El Pinós, Juan posee 14 hectáreas de cultivo dedicadas a la almendra, que luego comercializa a través de las cooperativas. Pastor, que vive también de la vid, olivos y árboles frutales, obtiene el 30% de su renta anual del cultivo de los frutos secos. Más de la mitad de sus ingresos provienen de ayudas europeas. Si deja de recibirlas, Juan Pastor abandonará el cultivo. "No hay otra salida cuando no se cubren los gastos", manifestaba.

Como Pastor, 8.000 agricultores europeos, según la policía local de Luxemburgo, y 10.000 según fuentes de la organización, se manifestaron por el temor a que que la supresión de las ayudas al sector suponga un temporal difícil de capear. Junto a los agricultores del sector, también se manifestaron otros cuya actividad se centra en otros cultivos, pero que temen que esta medida sea la primera de una serie de supresiones que afecten a otros productos mediterráneos.

Los agricultores aprovecharon la reunión de los ministros de Agricultura de los quince países miembros para solicitarles que, dentro del paquete de precios agrarios correspondiente al 2000-2001, se incluyera una partida destinada a los frutos secos.

La desaparición de los planes de mejora para estos cultivo supondrá una pérdida de casi el 50% de los ingresos del agricultor y de la competitividad del sector europeo frente a los principales países competidores: Estados Unidos y Turquía.

Tras la manifestación, que se inició con una concentración en la céntrica Plaza Glacis, donde los agricultores tuvieron que soportar una temperatura de 32 grados centígrados y un sol de justicia, y en la que también participaron 4.000 agricultores de Cataluña, Baleares, Murcia, Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha y Castilla León, los representantes agrarios, entre ellos el alicantino, representante de Asaja, Santiago Pascual, se reunieron con el comisario europeo, Franz Fischler, y con el ministro de Agricultura Portugués, Luis Copoula Santos. La reunión sirvió de poco. Fishler mantuvo su oposición a prorrogar las ayudas al sector de frutos secos y la decisión, según los representantes agrarios, se aplazó hasta septiembre.

La Comunidad sería una de las regiones más afectadas por la supresión de ayudas, que destina 105.000 hectáreas de superficie al cultivo de frutos secos, lo que representa el 25% del total nacional.

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Los productos valencianos que más afectados se verían son la almendra, de la que es el principal productor español, con 61.000 toneladas anuales, y la algarroba, cuya producción representa el 48% del total nacional.

Los representantes agrarios calculan que la supresión de ayudas supondría para la Comunidad dejar de recibir 4.000 millones de pesetas.

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