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Peñíscola rinde homenaje a Alfredo Landa en su festival de cine de comedia

Cinco películas españolas se disputan el Premio Calabuch

Peñíscola se viste de humor. En un entorno dominado por el castillo del Papa Luna, en las playas en que Charlton Heston, caracterizado de Cid Campeador, aprendió a manejar la espada décadas antes de convertirse en apologista del rifle, se está celebrando el Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola, que este año rinde homenaje a los actores Alfredo Landa y Tina Sainz. Cinco películas se disputan el Premio Calabuch.

"La comedia es el género más universal que existe, y el festival pretende recordar esta circunstancia", explica uno de los directores del certamen, José María Ganzenmüller. El festival arrancó el lunes por la noche, con una inesperada lluvia que deslució e interrumpió la gala de apertura y el homenaje que se estaba tributando al reputado compositor de bandas sonoras José Nieto. Son los riesgos que conllevan los numerosos actos organizados al aire libre aprovechando las temperaturas casi estivales de esta localidad castellonense. El festival de carácter lúdico concederá el sábado sus habituales galardones, entre los que destaca el Premio Calabuch a la mejor comedia. En este apartado compiten las películas Ataque verbal, de Miguel Albaladejo; Cuarteto de La Habana, de Fernando Colomo; Marta y alrededores, de Nacho Pérez de la Paz y Jesús Ruiz; Pídele cuentas al rey, de José Antonio Quirós, y Sobreviviré, de Alfonso Albacete y David Menkes. No faltan tampoco los premios a la mejor ópera prima, ni al del mejor cortometraje, ni la retrospectiva, dedicada este año a revisar algunas de las cintas fundamentales de Woody Allen. Las actividades paralelas incluyen desde la representación teatral de anoche de La jaula de las locas, con Paco Morán y Joan Pera, hasta conciertos, un curso de cine, presentaciones de libros y la proyección especial de Historias de la radio, dirigida en 1955 por J. L. Sáenz de Heredia.

Cabe destacar la exposición de 200 aparatos de proyección de la colección privada Pato-Ballesteros. La muestra consta de proyectores, linternas mágicas de Francia, Alemania y España, y demás artilugios y curiosidades, como "un trozo de película de los Lumière del año 1896", apunta orgulloso Jesús Pato, que lleva 15 años coleccionando los objetos de su pasión: el cine.

Peñíscola es también estos días un lugar de encuentro de viejos conocidos. Actores como Florinda Chico, Rosa María Sardà o Saturnino García, directores como Vicente Aranda o Antonio Giménez-Rico, y el presidente del jurado de los Calabuch, Chicho Ibáñez Serrador, se han dejado ver ya por la ciudad. Alfredo Landa acudirá el viernes para recibir su homenaje. Tampoco los Ozores han fallado a la cita anual con el festival de Peñíscola, ciudad en la que se han rodado cerca de 20 filmes, desde Ana Kadova, realizada en 1914 por Fructuso Gelabert, hasta la reciente París-Tombuctú, de Luis García Berlanga, asiduo visitante del certamen.

Entre abrazos y sonrisas, Antonio Ozores se ha lamentado de que el cine español esté demasiado influido por el estadounidense, y reclama películas cómicas como "Los tramposos, que interpretó con Tony Leblanc". Por el contrario, Giménez-Rico niega esa intensa influencia asegurando que "en España nunca se han hecho comedias, que es un género americano, sino sainetes y esperpentos".

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