De "Manolo el salchichero" a "Manuel, el de Navidul"
Una pequeña carnicería en pleno centro de la localidad toledana de Torrijos es el origen del grupo Navidul, líder en el mercado del jamón curado y el primero en exportar a Estados Unidos. Su fundador, Manuel Díaz Ruiz, que el próximo día 18 cumplirá 75 años, comenzó con su mujer, Lourdes del Río, hace 50 años, con 2.000 pesetas en "un cuadrito de cuatro por cuatro". Entonces, recuerda ahora Lourdes, sólo había "algunos choricitos colgados, salchichas y un poco de tocino para el cocido". El jamón llegó algo más tarde, pero se vendía por gramos, "muy pocos podían comprarlo", y el volumen de negocio no daba más que para matar un cerdo cada dos semanas.Manuel había trabajado antes en una fundición por 3,50 pesetas al día. De la fundición eran dueños los padres del ahora presidente de Navidul y yerno de Manuel, Luis Serrano. Algo tuvo que ver que los padres de su entonces novia fueran los carniceros del pueblo para que se decidiera a dar el primer paso. La tienda no daba para mucho, y con su mujer detrás del mostrador era suficiente, "yo me bastaba para atender el negocio en casa y él lo buscaba fuera".
"Lo que son las cosas", sonríe Lourdes, "fue entonces cuando, curiosamente, se dedicó a comprar cerdos en la zona para el dueño de Campofrío a cambio de una comisión". Lo primero era el negocio, y cuando su mujer le propuso hacer una casa -vivían en una de alquiler- la respuesta fue: "Ahora hay que ganar y después la casa".
Los padres de Lourdes del Río tenían una carnicería y, cuando se había decidido por el noviazgo con un muchacho de 17 años llamado Manuel Díaz, recibió un ultimátum de su madre nada profético: "Si te casas con Manolo, no vas a comer jamón en tu vida...". Pero Lourdes se casó con Manolo, el menor de cinco hermanos de una familia que se dedicaba a la venta de golosinas y chucherías en la localidad toledana. Con 11 años comenzó a trabajar como ayudante de matarife en una fábrica de Sonseca, pueblo vecino al suyo. "Trabajé con ovejas y vacas, pero nunca con cerdos", ha relatado en alguna ocasión Manuel Díaz. De vuelta a Torrijos se convirtió en el matarife de los cerdos del pueblo y, arrastrados por la vocación del hijo menor, sus padres abrieron carnicería. Aunque él pasó, entonces, a atrabajar en la fundición.
Hace 10 años, un derrame cerebral le apartó de la dirección de la empresa, que pasó a manos de su yerno y sus hijos. Su volumen de negocio entonces nada tenía que ver con el cerdo que mataba cada dos semanas en la tienda. Manuel vive en Torrijos, donde todavía algunos siguen llamándole "Manolo el salchichero"; pero Navidul se ha convertido en el buque insignia de su pueblo.
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