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Barcelona inaugura un espectacular puente móvil sobre las aguas del puerto

La obra, diseñada por Juan José Arenas, es la más grande del mundo de este tipo

Es la nueva puerta de entrada por mar a Barcelona. Un espectacular puente que cruza las aguas del puerto de punta a punta, desde el muelle de Poniente al adosado, junto al rompeolas. Sus dos hojas móviles se elevarán hasta 74 metros sobre el nivel del agua, la altura de un edificio de más de 25 plantas, cuando se abran al paso de los transatlánticos. Será un espectáculo que se verá a diario, pero anoche, para inaugurarlo, La Fura dels Baus organizó una actuación en la que quiso enfatizar la plasticidad de esta obra de ingeniería diseñada por Juan José Arenas.

Juan José Arenas (Huesca 1940) es uno de los ingenieros más relevantes de España. Catedrático de Puentes de la Universidad de Cantabria desde 1976, es autor de numerosas obras de ingeniería en toda España, desde el puente de la Barqueta, en Sevilla, al Arco de la Regente, en Asturias, pasando por el de la calle de Potosí en la misma Barcelona. Los criterios del estudio que dirige, Arenas & Asociados, se enmarcan en lo que se conoce como "arte estructural", una tendencia, al estilo del minimalismo arquitectónico, que rehúye la decoración para centrar toda su fuerza en la belleza que nace de la propia estructura y funcionalidad de la obra. Ha sido con esta idea como ha diseñado el puente móvil del puerto de Barcelona, bautizado oficialmente con el nombre de Puerta de Europa. Realizado con acero blanco, el puente tiene una distancia de 109 metros entre las articulaciones de giro, lo que lo convierte en el puente basculante más grande del mundo en su género. Está concebido como un tablero con tirantes, que le otorgan gran parte de su fuerza plástica, ayudan a soportar la fuerza de gravedad y al mismo tiempo contribuyen a la resistencia frente al viento cuando el puente está abierto. Las dos hojas móviles del puente, que pesan 2.000 toneladas cada una, se apoyan en dos pilas de hormigón de forma trapezoidal que, además de ser estrictamente funcionales, también han sido concebidas con intencionalidad escultórica, especialmente en su parte interior, que está atravesada por cuatro bandas horizontales de relieves.

En la parte posterior, cuyos planos están inclinados para tener y también aparentar mayor estabilidad, las pilas de hormigón están abiertas. De esta manera, las personas que quieran podrán observar el mecanismo que alza las hojas: el juego de los cuatro gatos hidráulicos y el giro de sus contrapesos. Es una operación corta, sólo dura tres minutos. En cambio, el tiempo que hará falta para vaciar el puente de vehículos y peatones, y el de la llegada del buque y su paso, se ha calculado en torno a 20 minutos.

Al puente móvil, de acero blanco con revestimientos de resina en la calzada, se accede por dos viaductos de unos 300 metros de longitud cuya estructura es de hormigón pretensado. Tienen un 6% de pendiente, lo que ha permitido situar el puente a unos veinte metros por encima del nivel del agua, con lo que las embarcaciones pequeñas pueden pasar por debajo cuando está cerrado. En el espacio de transición hacia las pilas de hormigón que sostienen las hojas móviles, el viaducto se sostiene con dos pilares en forma de V, diseñados para que visualmente resuelvan de forma bella la conexión. En el futuro se construirá una torre de control, de factura estilizada, en hormigón blanco.

La construcción del puente responde a la necesidad de reorganizar el intenso tráfico del puerto de Barcelona. Para solucionar este problema, las autoridades de este organismo decidieron abrir una bocana de acceso en el rompeolas que lo separa del mar. Esta nueva bocana, que no estará lista hasta finales de 2001, habría aislado la parte final del rompeolas convirtiéndolo en una isla. Para evitarlo se ha construido este puente móvil, que unirá esa isla con tierra firme. No está previsto que el puente se abra completamente al tráfico de vehículos y peatones hasta finales del año 2000.

La Puerta de Europa se inauguró anoche con un acto oficial al que asistieron las principales autoridades catalanes y con un espectáculo público organizado por La Fura dels Baus que tuvo como escenario el mismo puente y las aguas del puerto.

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