CARDIOLOGÍA Moncada: "Buscamos fármacos que imiten el efecto protector del óxido nítrico"
El óxido nítrico tiene una cara y una cruz, y ambas tienen interés farmacológico, asegura el científico hondureño Salvador Moncada. La famosa molécula que ha dado lugar al Viagra es clave no sólo para el desarrollo de la arteriosclerosis, sino también en la defensa contra microorganismos y posiblemente contra las células cancerosas, según Moncada, que asegura que se buscan fármacos que imiten su efecto protector y otros que inhiban su producción en situaciones en las que se libera en exceso, como en el choque séptico, inflamaciones o enfermedades neurodegenerativas.
Moncada (Tegucigalpa, Honduras, 1944), que es desde hace cinco años director del Wolfson Institute for Biomedical Research de la Universidad de Londres, lleva 25 años, como él mismo expresa, "estudiando por qué se ocluyen las arterias". Al estudiar el funcionamiento de la pared arterial, llegó al descubrimiento de la prostaciclina, un potente vasodilatador que actúa como inhibidor de los trombos que obstruyen las arterias. Este hallazgo fue trascendental para profundizar en el conocimiento de ciertos mecanismos biológicos hasta entonces ignorados. Y por él Moncada fue distinguido en 1990 con el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica. Tras seguir explorando la pared arterial, llegó a otro descubrimiento: las células de la capa interna de las arterias no sólo forman prostaciclina, sino también óxido nítrico, un vasodilatador más potente aún.
"Ambas sustancias están implicadas en la aparición de diferentes procesos patológicos, entre ellos la arteriosclerosis. El descenso de estos dos potentes vasodilatadores en los vasos sanguíneos tiene un doble efecto en cuanto a la aparición de patologías cardiovasculares", explicó Moncada en El Escorial (Madrid), donde participó hace unos días como codirector de un simposio, primera actividad científica del Instituto de Investigación Cardiovascular Carlos III, del que es asesor científico.
La prostaciclina ya existe como fármaco y está indicada para tratar la hipertensión pulmonar primaria, un proceso cuya única solución final es el trasplante de corazón y pulmón. Se trata de una rara enfermedad, de origen desconocido, que afecta a mujeres jóvenes. Gracias a la prostaciclina se mantiene baja la presión pulmonar de las pacientes en espera del doble trasplante.
Moncada explica que ahora se están investigando fármacos que imiten los efectos del óxido nítrico, un vasodilatador que no sólo se forma en los vasos sanguíneos, sino también en otros tejidos y células, como es el caso de los linfocitos (células del sistema inmunológico responsables de proteger frente a las infecciones y el cáncer).
"En el sistema inmunológico", dijo, "el óxido nítrico desempeña un papel de defensa contra microorganismos invasores y posiblemente contra las células cancerosas. Pero no sólo se están buscando fármacos que imiten su efecto protector, sino también otros que inhiban su producción en las situaciones en las que este mediador biológico se libera en exceso y resulta dañino, como en el choque séptico, que es una infección muy grave, y en ciertos procesos inflamatorios, articulares o degenerativos, del sistema nervioso central".
Respecto a la posibilidad de que dirija el Instituto de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III, Moncada no se pronunció abiertamente, a pesar de confesar que le gustaría residir alguna vez en este país. "Tengo que responder a mis compromisos en Londres y de momento soy asesor del instituto. Ya veremos más adelante", esbozó sonriente. Sin embargo, José Antonio Gutiérrez, director del Instituto de Salud Carlos III, de Madrid, y promotor de la creación del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y del Instituto de Investigaciones Cardiovasculares, se mostró optimista sobre la posibilidad de que en el plazo de un año Moncada acepte la dirección.
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