Paquito D'Rivera se convierte en escritor con 'Mi vida saxual' El jazzista reúne memorias y anécdotas
Nacido en La Habana (1948), Paquito D'Rivera debutó en la música a los seis años de la mano de su padre. Y, aunque en el colegio apuntaba maneras de escritor (le gustaban los juegos de palabras y ganaba concursos de redacción), eligió la vocación primera y enseguida se convirtió en un virtuoso del saxo. Luego ha dado la vuelta al mundo tocando jazz, solo o junto a los más grandes, y ha vivido y escuchado anécdotas de todo pelaje. Ahora aquel gen de escritor sale a la luz en Mi vida saxual (Seix Barral), un libro de memorias propias y ajenas.
El libro se presentó ayer en Madrid con una fiesta-concierto de Paquito D'Rivera, que por la mañana, embutido en una colorista camisa llena de coches antiguos (una de sus pasiones), reconocía que no habría podido elegir mejores padrinos para su debú literario. Un premio Cervantes, Guillermo Cabrera Infante, y un oscar de Hollywood, Fernando Trueba, escriben los prólogos a Mi vida saxual, un título infantiano que también es riveresco: "A mí también me gusta mucho jugar con las palabras, y siempre fui un admirador de las novelas de Cabrera. Tanto, que después de leer Tres tristes tigres y La Habana para un infante difunto, le pedí su dirección en Londres a un amigo y me presenté allí a conocerlo". Ambos comparten, aparte de las aficiones y el humor, la aversión a los totalitarismos, que D'Rivera, exiliado de Cuba en New Jersey, prefiere no personalizar en Fidel Castro. "Yo me cago también en Franco, porque, en cualquier caso, las dictaduras lo joden todo". La mejor defensa contra eso, dice, es el humor: "La risa, remedio infalible, decía una revista antigua, y es verdad. Los más peligrosos son los comediantes; los más subversivos. Chaplin haciendo de Hitler... ¿Hay algo más insultante que una trompetilla? No hay nada peor".
En lo que D'Rivera no está de acuerdo con Cabrera es con que el libro es una autobiografía. "No tengo el ego tan inflado como para pensar que alguien puede estar interesado en saber cuándo tuvo la primera regla mi tía Josefa. Pero soy hijo de músicos, y resulta que entre los músicos hay tipos pesados como Beethoven y otros muy divertidos como Mozart y Chocolate Armenteros, que un día me dijo: "Yo no trabajo, yo toco trompeta". En cuanto a eso de que el saxo es el instrumento más sensual, D'Rivera cree que es una tontería: "El clarinete todavía, pero el saxo... ¡Si parece una joroba!".
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