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Las fuerzas del Gobierno y de la ONU frenan la entrada de los rebeldes en Freetown

A las críticas contra la falta de preparación de los cascos azules en Sierra Leona se sumó ayer un nuevo revés para la ONU: nueve soldados de pacificación, de nacionalidad keniana, fueron heridos por fuego amigo. Los soldados del Ejército les tomaron por rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF), que se están disfrazando estos días con los uniformes de los 500 cascos azules secuestrados la semana pasada. Las fuerzas gubernamentales y de la ONU reforzaban ayer posiciones en torno a la capital, recuperando terreno que ya estaba en manos rebeldes.

El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto reunirse esta madrugada para tratar el desastre de Sierra Leona, donde su enorme contingente, de 8.700 hombres, el mayor en su historia, está sufriendo ataques y contratiempos. El humillante secuestro de 500 cascos azules por parte de los rebeldes está teniendo consecuencias tácticas en los combates, ya que es prioridad no provocar represalias contra los capturados. Ayer, según fuentes británicas citadas por France Presse, cuatro de los observadores de la ONU secuestrados (tres británicos y un neozelandés) pudieron escapar y llegar a Freetown. "Les he visto [a los rebeldes]. Llevan los cascos de la ONU y sus uniformes militares con la insignia de la ONU", declaró Abu Turay, que vio a los rebeldes del RUF en Waterloo, una ciudad situada a 28 kilómetros de Freetown que el Ejército recuperaró ayer con el apoyo de cascos azules nigerianos. En la noche del miércoles al jueves, milicias de los kamajors y soldados del Ejército de Sierra Leona lograron hacer retroceder a los rebeldes desde Waterloo, que habían capturado horas antes, hasta Newton, a 36 kilómetros de la capital.

En Makeni, cascos azules de Kenia quedaron atrapados y rodeados por fuerzas rebeldes; cuando consiguieron romper el cerco y dirigirse hacia el norte, el Ejército de Sierra Leona les tomó por rebeldes y les convirtió en su objetivo. Nueve resultaron heridos y tres de ellos estaban ayer en situación crítica en un hospital de Freetown.

Parte de los desplazados que desde el lunes huyeron hacia la capital empezaron ayer a regresar a sus casas, ante la mayor seguridad en la zona. El campo de refugiados de Waterloo, con cabida para 15.000, quedó ayer vacío, al igual que otro situado en Hastings, cerca de Freetown.

Por otra parte, ayer se supo que 19 personas murieron y 74 resultaron heridas en el enfrentamiento, el pasado lunes, ante la casa del líder del RUF, Foday Sankoh, cuyo paradero aún se desconoce. Una de las causas del agravamiento de la situación en Sierra Leona ha sido, según los observadores, la falta de preparación de las tropas internacionales y la desorganización que existe entre sus mandos militares. Los rebeldes del RUF, unos 15.000, se han hecho fuertes en áreas del norte, donde controlan varias explotaciones diamantíferas.

También ayer, salió de Sierra Leona uno de los dos misioneros javerianos españoles que permanecía en el país, José Ángel Aguirre. Sin embargo, José María Caballero, el otro religioso español, ha decidido quedarse en la zona.

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