_
_
_
_

53º FESTIVAL DE CANNES El británico Ken Loach recupera el aliento del cine de lucha de clases Sergi López logra una excelente actuación en el filme francés 'Harry'

El británico Ken Loach vuelve en Pan y rosas a meterse en el atolladero de las luchas de clases del mundo latinoamericano. Esta vez husmea en la salvaje explotación de los emigrantes ilegales mexicanos en Los Ángeles y le sale una película muy irregular pero con brotes donde el aliento del viejo cine de lucha de clases resurge, lo que lo convierte en una rareza. Ayer desembarcaron en la ciudad los actores Gene Hackman y Morgan Freeman para presentar Under Suspicion, de Sthepen Hopking.

Una rareza es también la peligrosa mezcla de drama, comedia y thriller de Harry, filme francés donde el español Sergi López logra una gran actuación que redime al filme de un batacazo. Harry está escrita y dirigida por el casi novato Dominiq Moll, que, pese a su falta de horas de rodaje, tiene instinto del oficio, en la medida que es capaz de sostener un dispositivo argumental casi insostenible. Por suerte para él, Sergi López, que se está consolidando como un intérprete de primera magnitud en el cine francés, es de esos actores dotados con un toque de magia que les permite ser capaces de hacer creer lo increíble. Y le resuelve la película. Ésta tiene un guión muy astuto, que gradúa con tacto el truculento asunto argumental que maneja, lo que permite al actor español ir construyendo su complejo personaje poco a poco, en pequeñas dosis que nos permiten tragar algo que, administrado de manera más alocada, se nos atragantaría.

En otro disparate muy distinto podría haber caído Loach en Pan y rosas si, hacia la mitad, no hubiera tenido un golpe de instinto o de cálculo que nos permite respirar una ráfaga de aire dramático liberador en medio de una sobrecarga opresora de aire didáctico.

La película arranca bien, con maneras ágiles y cautivadoras de la atención, pero va perdiendo la vibración inicial y termina haciéndose un relato plano, herido por un prosaísmo que daña severamente la credibilidad, y, por tanto, la sinceridad de la exposición. Ésta nos propone una visión casi documental de la explotación a que someten en Los Ángeles y otras ciudades californianas a los emigrantes mexicanos que atraviesan ilegalmente la frontera de Estados Unidos, pero la falta de gracia y el abuso de la reiteración hacen que incluso el espectador más concernido acabe por irse emocionalmente del asunto, que comienza a generar más tedio que convicciones.

Pero en ese instante, cuando la película se encuentra en la frontera del naufragio, emerge de ella un personaje hasta entonces escondido, una mujer creíble, un tipo que es más que la ilustración de una consigna política, un ser de ficción que tiene cuajo de individuo humano y auténtico dolor de hígados, y el relato recupera su vigor inicial. Parece que los vaivenes de Pan y rosas (como los de La canción de Carla) ponen de manifiesto que el cine de Loach pierde intensidad fuera del paisaje natural del cineasta; y que sus aventuras latinoamericanas, por bien intencionadas que sean, nos sitúan en calidades expresivas y en niveles del conocimiento muy inferiores a las de, por ejemplo, Agenda oculta o Ladybird, Ladybird.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_