Un ex agente de la DINA admite ser el autor de la muerte del jefe del Ejército con Allende
Santiago El ex agente norteamericano de la DINA (el aparato represivo de la dictadura que dependía del general Augusto Pinochet) Michael Townley reconoció, en declaraciones a una juez argentina, que fue el autor material del atentado con una bomba en Buenos Aires mediante el cual fueron asesinados el ex comandante en jefe del Ejército chileno, Carlos Prats, y su esposa, Sofía Cuthbert, el 30 de septiembre de 1974. Según trascendió en fuentes cercanas a la investigación, Townley afirmó que la orden de ejecución la había dado el ex jefe de este organismo, el general retirado Manuel Contreras.
Según estas fuentes, en los preparativos del atentado participaron el general Raúl Iturriaga y su hermano Jorge, ambos también de la DINA.El abogado defensor de Contreras, Humberto Newmann, afirmó que Townley no actuaba como agente de la DINA, porque nunca perteneció a este organismo, sino que era un agente de la CIA, y culpó a la central de inteligencia estadounidense del crimen de Prats, como una forma de desestabilizar la dictadura de Augusto Pinochet. El presidente Ricardo Lagos declaró ayer estar "profundamente impactado" con la información, y recordó que él conoció a Prats y a su esposa en Buenos Aires, donde el matrimonio se exilió después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, y que tomó té con ellos varias tardes de domingo. "Yo espero, por el bien de Chile, que el asesinato de un ex comandante en jefe del Ejército pueda ser dilucidado" por la justicia argentina, afirmó, y añadió que el hecho tiene que hacer "meditar mucho" a la sociedad sobre qué pasó para que este tipo de situaciones pudieran suceder "y cómo hacemos para que nunca más vuelva a ocurrir".
A pesar de que existía certeza de que el crimen de Prats y su esposa lo cometió la DINA, y el Informe Rettig sobre las violaciones de los derechos humanos cometidas en la dictadura recogía en 1991 que el asesinato fue perpetrado por agentes del Estado chileno, presumiblemente de este organismo, no existía una confesión como la que hizo Townley. La información, que se filtró primero en el diario chileno por Internet El Mostrador, fue corroborada después por fuentes cercanas a la investigación.
La juez argentina María Servini de Cubría, que investiga el caso en Buenos Aires, interrogó en noviembre de 1999 a Townley en Estados Unidos, a petición de la familia de Prats. El norteamericano accedió a cambio de que su testimonio no fuera utilizado en su contra ni en la de su ex esposa, la chilena Mariana Callejas, quien también estuvo en las filas de la DINA, a lo que el Estado argentino accedió si su participación y la de Callejas no eran corroboradas por otras fuentes.
Aunque se supo que el ex agente había aportado antecedentes importantes al caso, parte de éstos sólo trascendió ayer. La magistrada tiene un total de nueve imputados en el caso, entre ellos el propio Pinochet, quien tiene de plazo hasta mañana para designar un abogado defensor en Argentina, o le asignarán uno de oficio.
Un ex agente chileno de la DINA, Enrique Arancibia, está procesado por el crimen y se encuentra detenido desde 1996 en Buenos Aires.
Las hijas de Prats dijeron ayer que pedirán al Estado chileno que acelere el cumplimiento de las diligencias que ha solicitado por exhorto la juez Servini de Cubría.
Townley, que estaba adscrito al aparato externo de este organismo y era un fervoroso anticomunista residente en Chile, posee un siniestro currículo como autor de crímenes de la dictadura de Pinochet. En el sótano de su domicilio, una lujosa residencia que le entregó la DINA en el exclusivo barrio de Lo Curro en Santiago, fue asesinado en 1976, en medio de las torturas a que era sometido después de ser secuestrado mientras conducía su coche, el diplomático español de la ONU Carmelo Soria.
Su nombre aparece implicado también en los atentados cometidos en Roma contra el ex vicepresidente chileno Bernardo Leighton y su esposa Anita Fresno, y en intentos fallidos de asesinar al ex secretario general del Partido Socialista chileno, Carlos Altamirano; al dirigente comunista Volodia Teitelboim y al senador democristiano Gabriel Valdés.
Townley reside actualmente en Estados Unidos, acogido al programa de protección de testigos, después de colaborar con la justicia y cumplir una condena de seis años de cárcel por los asesinatos del ex ministro Orlando Letelier y su colaboradora Ronni Moffitt, cometidos en 1976 en Washington, también ordenados por la DINA y ejecutados con una bomba en un coche.
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