Los historiadores analizan sin prejuicios un siglo XX de "progreso y barbarie" Un congreso reúne en Valencia a 500 especialistas internacionales para examinar la centuria
La caída del muro de Berlín en 1989 permite acercarse al conocimiento de la historia con menos prejuicios y dogmas ideológicos. Bajo esta premisa se inauguró ayer el congreso El siglo XX: balance y perspectivas, que reúne en Valencia a 500 historiadores de Europa y EE UU. Un siglo marcado por el binomio del progreso y la barbarie, y sobre el que resulta muy difícil emitir un juicio de valor. Los nacionalismos -que han construido democracias y generado limpiezas étnicas-, la mujer -como nuevo sujeto histórico- y la sociedad de masas centran parte del debate.
"Es el siglo que más ha cambiado todo", señaló ayer Ramón Villares, presidente de la Asociación de Historia Contemporánea, organizadora del congreso, junto a la Universidad de Valencia. "Y eso que a finales del XIX se pensaba que ya estaba todo hecho", agregó Villares, quien comentó que la visión "polarizada y catastrofista" que aporta Eric Hobsbawn en su libro Historia del siglo XX "tal vez es más positiva ahora". Citando a Shumpeter, añadió que hay "catástrofes creativas" y recordó que la Primera Guerra Mundial "alumbró un nuevo mundo". Un mundo que igual hubiera sido cambiado por las masas, según apuntan muchos historiadores, indicó la historiadora del comité organizador Aurora Bosch. De hecho, la pluralidad de visiones y enfoques caracteriza la historiografía actual y el congreso que concluye el viernes y cuenta con la participación de conocidos especialistas, como Paul Preston o Manuel Pérez Ledesma, y otros referentes ineludibles en sus campos de estudio, como el checo Miroslav Hroch y el norteamericano Michael Mann, expertos en la historia de los nacionalismos.
Hobsbawn y su consideración del siglo XX como el periodo que comprende desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta la caída del muro salieron a colación en la presentación realizada por los historiadores. Villares aludió a la intervención del historiador francés Gérard Noiriel sobre la necesidad de llegar a una convención para ponerse de acuerdo sobre este asunto y recordó otras clasificaciones, como la del siglo planetario, por la cercanía de las identidades.
La mujer como sujeto
Hubo unanimidad entre los historiadores al situar la caída del muro como un hito de gran importancia, que también ha afectado a los estudios de historiografía, en el sentido de que ha posibilitado desprenderse de "muchos prejuicios y dogmas ideológicos", indicó Aurora Bosch.
Ésta será una de las cuestiones que se abordarán en el congreso, patrocinado por la Fundación Cañada-Blanch, que ha organizado numerosas mesas redondas, incluso por la noche, para atender el gran interés que despierta la historia, no sólo entre los especialistas.
El programa del encuentro hace especial hincapié en los nuevos sujetos surgidos en el siglo XX, como la emancipación de la mujer. En palabras del historiador y organizador Ismael Saz, los temas básicos del debate que han marcado el siglo son las consecuencias de Auschwitz, de la caída del muro, de la guerra civil española; la creación de la sociedad de masas, con la incorporación paulatina y generalizada de la gente a los procesos democráticos, y el papel que desempeñan las nuevas tecnologías y las consecuencias de los nacionalismos
En la jornada inaugural de este congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, celebrado en Valencia a propósito del quinto centenario de la fundación de su universidad, el papel del historiador en el sigloXX y la unificación alemana centraron el debate.
En este sentido, Martin Sabrow señaló que la idea de un Estado, dos culturas respecto a las dos Alemanias ha sustituido, no sin cierta ironía, el punto de vista que se tenía desde la antigua República Federal de dos Estados, una cultura. Sabrow señaló que no es extraño que, tras la euforia de la unificación, siguiese la crisis y el "muro en la cabeza", como indican las cifras: del 77% de los alemanes del Este que hacía profesión de fe de los principios de mercado en 1990 y cinco años más tarde eran menos del 35%. Asegura el investigador del Centro de Historia que es demasiado simple atribuir la falta de unidad a diferencias socioeconómicas. Considera que es fundamental en el análisis el hecho de que alemanas del Este y del Oeste recurren a "muy diferentes referentes culturales" para explicar su presente. Sin embargo, Sabrow manifestó que la asimilación institucional de las dos historiografías alemanas fue muy rápida, anticipándose a la unión política. "La terminología marxista desapareció a un ritmo impresionante", apuntó el estudioso de la unificación alemana.
Babelia
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