El cuarteto explosivo del Madrid apunta al Manchester City con una red cada vez más frágil
La prueba con Mbappé, Vinicius, Bellingham y Rodrygo en el derbi anima para la Champions a Ancelotti, que pierde también a Lucas Vázquez por lesión
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Carlo Ancelotti transita por la cornisa de la temporada con dos cuartetos en mente. Necesita a ambos, pero la ausencia de uno por las lesiones aumenta el riesgo que supone la exuberancia del otro. “Antes del partido he visto una imagen de los cuatro (Carvajal, Militão, Alaba y Rüdiger) saludar a los compañeros que entraban en el campo. Significa que a pesar de la dificultad lo estamos haciendo muy bien”, dijo el sábado después del derbi (1-1), una especie de test de estrés del otro cuarteto (Mbappé, Vinicius, Bellingham y Rodrygo) a solo tres días de la visita capital de este martes al Manchester City en el Etihad (21.00, Movistar). Y eso antes de saber que ayer perdería también a Lucas Vázquez por una lesión en los isquios de la pierna izquierda.
“Puede valer”, concluyó el italiano pensando en su visita a Pep Guardiola, otro atribulado por un equipo fuera de punto. “Hemos cambiado un poco a nivel defensivo, con dos líneas de cuatro”, explicó. Al defender, trató de regresar al 4-4-2, la formación que considera que da más estabilidad. Cuando no tenían el balón debían pasar a ese dibujo desde el 4-2-3-1 con el que atacaban. Bellingham pasaba del centro del “3″ al flanco izquierdo de la línea de cuatro medios y Rodrygo ocupaba el derecho, con mucho recorrido hacia atrás para ayudar a Lucas en la banda. “Y también Kylian y Vinicius han hecho un esfuerzo para replegar, para estar cerca del equipo. A nivel de compromiso ha sido un buen partido”.
El técnico les había lanzado en la previa una mezcla de aviso y llamada de socorro: “La solidez defensiva es un trabajo colectivo. Los cuatro que han marcado más de 60 goles, que han hecho un trabajo ofensivo fantástico… El equipo necesita la ayuda también a nivel defensivo”.
El esquema funcionó de manera estable sobre todo durante la primera media hora, hasta el 0-1. El Atlético esperaba resguardado y el Madrid atacaba con cierta parsimonia, sobre todo por las zonas centrales, en parte porque así les resultaba más sencillo el repliegue posterior, por ejemplo a Vinicius, que formaba con Kylian Mbappé la pareja de vanguardia. El gol disparó los instintos de ir arriba de los cuatro y empezó a abrirse la estructura, que siguieron sujetando Valverde y Ceballos en el centro, y más atrás, Asencio y Tchouameni, muy certeros.
Simeone se fue del Bernabéu con la sensación de que podría haber sacado más de los tramos del derbi en los que el Madrid se partió casi en un 4-2-4. Sobre todo en la segunda parte, se percató de que los de arriba empezaron a no regresar y pensaba que eso debía resultar insostenible para el Real. Sin embargo, el Atlético terminó el partido con un solo tiro a puerta, el penalti de Julián Alvarez, que además ni siquiera salió de una acción de disparo, sino de un pisotón a un futbolista que había visto pasar la pelota de largo.
El Madrid controló con cierta solvencia las contras del tramo final del Atlético incluso en pleno asalto arrebatado a la portería de Oblak para tratar de llevarse el derbi. El cuarteto de arriba provoca vértigo cuando el equipo tiene que mirar hacia atrás, pero fue así como obligaron al guardameta esloveno a realizar ocho paradas, según los registros de Opta.
Sobre ese punto han gravitado estos meses las cavilaciones del cuerpo técnico de Ancelotti, que no ve razonable renunciar a un arsenal de una potencia tan formidable. Como apuntó después del derbi, el italiano cree que sería más sencillo equilibrar el conjunto si el cuarteto de lesionados pudiera entrar al campo en lugar de formar para saludar a los que van a hacerlo, pero la prueba del Atlético le llevó a reafirmarse en algo que mencionó en la previa: “No tengo la idea de que para buscar el equilibrio tenga que quitar a uno, dos, tres o cuatro delanteros. Puedo buscar más equilibrio quitando a los cuatro delanteros. Pongo cuatro medios, busco el equilibrio, presiono más… pero no marco 60 goles. Sencillo”. Ese posible botín y los escasos rasguños que le dejó el Atlético (quitando el penalti, solo 0,67 goles esperados según Hudl Statsbomb) desembocaron en ese “puede valer” que pronunció mirando a la visita al City, pese a la fragilidad de la red.
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