Mario Benedetti recibe un homenaje en Madrid de los cantautores de sus poemas El escritor uruguayo afirma que los jóvenes autores olvidan su propia realidad

Aunque son interesantes, miran más lo que hay al otro lado de sus fronteras territoriales y olvidan fijarse en la realidad de donde proceden y de donde están mirando. Ésos son algunos rasgos de las nuevas generaciones de escritores latinoamericanos, según Mario Benedetti, que durante esta semana recibe un homenaje en Casa de América, en Madrid, por su aportación a las letras en español. El de ayer se llamó Benedetti, la palabra y la música, y en él varios cantautores y actores, como Serrat y Juan Diego, le ofrecieron un recital con sus poemas.

Mientras en el anfiteatro se afinaban guitarras y se probaban los altavoces, y en el jardín de Casa de América se terminaba de montar la pantalla que retransmitiría el recital, en la sala Cervantes el homenajeado aseguraba que no volvería a escribir ninguna de sus obras; porque "cada una responde a una época, a una edad, a un momento específico de la vida". Ni su novela La tregua, que lleva ya más de 145 ediciones en 20 idiomas, la volvería a hacer, un libro cuya fama guarda para él cierto misterio. "No entiendo su éxito, es una novela simple y austera y no estoy seguro de las condiciones que la han hecho famosa". Sin embargo, no esconde su satisfacción por esta y otras obras que han tenido gran acogida a lo largo de su actividad literaria.Este hombre nacido en Paso de los Toros, Uruguay, en 1920, que ha peregrinado por el mundo -sobre todo durante la dictadura de su país, entre 1973 y 1985- tanto como por los diferentes géneros literarios -narrativa, poesía, prosa, ensayo, teatro, cine-, se siente antes que nada un poeta. "Es lo que mejor se me da, lo que me resulta más fácil", confiesa un Benedetti de voz monocorde, para luego agregar que cuando llevaba unas 60 páginas de El cumpleaños de Juan Ángel cayó en la cuenta de la lírica del texto y decidió convertirlo en un largo poema que terminó acabando en un dos por tres.

Aunque sus libros hablan de las alegrías de los desterrados, de las conspiraciones del hombre contra sí mismo, de las ilusiones de los pesimistas, de las nostalgias como elixir de vida o del amor como la cima de la felicidad, en todos sus textos están las pulsaciones de su compromiso político, según reconocieron esta semana algunos de los críticos que hablaron de la obra de Benedetti.

El autor uruguayo, premio Príncipe de Asturias de las Letras, no niega una expresión de admiración para los nuevos escritores latinoamericanos que no desean que se les identifique con la generación de autores de los años sesenta o setenta. "La literatura de ahora es muy interesante. Hay buenos cuentistas, algunos poetas y no es lógico que escritores de una generación escriban igual a los que les han precedido. Ellos buscan sus propias formas. Lo que sucede es que no se fijan tanto en la realidad de sus países como en lo que sucede en Europa, por ejemplo". De allí proceden sus principales influencias.

Y el mismo Benedetti ha influido en miles de personas, como los cantautores y actores que ayer lo homenajearon: Juan Diego, Pedro Guerra, Perro Flauta, Natalia Menéndez, Luis Pastor, Joan Manuel Serrat, Tania Libertad y el pianista Víctor Merino. Al ritmo de estos tres últimos, Benedetti escuchó uno de sus poemas más populares: "Hay ríos con sangre, / hay ríos con lluvia, / con rocío, / con vino, / con nieve, / con llanto; / los poemas suelen ser papel mojado".