Rusia firma la devolución de 101 dibujos de la Galería de Bremen
El ministro de Cultura ruso, Mijaíl Shvidkói, entregó ayer a su homólogo germano, Michael Naumann, y al alcalde de Bremen, Henning Scherff, el permiso necesario para que puedan llevarse a Alemania una colección de dibujos y acuarelas de pintores europeos de los siglos XVII-XIX. Se trata de 101 obras de la Galería de Bremen, entre las que se encuentran algunas de Francisco de Goya, Albrecht Durer, Edouard Manet y Toulouse-Lautrec.Las colección de Bremen es parte de las miles de obras que los soviéticos se llevaron de Alemania como trofeo de guerra. Sin embargo, la historia de estos dibujos y acuarelas es especial, ya que en realidad fueron salvadas por un soldado ruso, arquitecto de profesión, quien siempre fue partidario de devolverlas. Sucedió en los alrededores de Bremen, en la primavera de 1945, cuando el capitán ruso inspeccionaba una mansión a orillas de un lago. En el sótano vio cómo en el suelo yacían desparramados los dibujos, y los soldados caminaban sobre ellos. Su ojo de experto inmediatamente concluyó que se trataba de obras valiosas. Sus intentos de convencer a sus superiores para que salvaran la colección de dibujos fracasaron rotundamente.
Así es que el capitán juntó todos los dibujos y se los llevó a Rusia, donde los guardó durante décadas, hasta que en 1990 viajó a Bremen y vio en un folleto de la Galería la lista de obras perdidas durante la guerra. Ahora ya sabía exactamente a quién pertenecían y redobló sus esfuerzos por devolver los dibujos que había salvado. La perestroika estaba en su apogeo y nada parecía impedir que al capitán arquitecto le permitieran entregar las valiosas obras de arte. Sin embargo, las cosas se complicaron. Pero tres años más tarde pudo entregar la colección a la Embajada de Alemania en Moscú, que hasta la fecha no había obtenido el permiso para sacarla de Rusia.
Shvidkói no relató ayer esta historia en la conferencia de prensa, limitándose a decir que quien había devuelto las obras a la embajada alemana siete años atrás expresó el deseo de conservar su anonimato y que el personaje, desgraciadamente, ya había muerto.
Hace diez años
Sin embargo, la historia de cómo encontró la colección la contó el mismo capitán al diario Pravda hace diez años. Se trata de Víktor Baldin, quien, después de finalizada la guerra, volvió a sus trabajos de restauración del monasterio de la Trinidad, en Séguiev Posad. Allí fue director de la escuela de maestros restauradores, y a partir de 1963, del Museo de Arquitectura de Moscú. Durante los 25 añós que Baldin estuvo al frente del museo, no dejó de escribir al Ministerio de Cultura y a las máximas autoridades soviéticas, incluido Leonid Breznev y Mijaíl Gorbachov, para que le permitieran entregar la colección de dibujos a Alemania.
Naumann y Scherff no han venido con las manos vacías a Rusia. Han traído un mosaico y una cómoda que pertenecían a la famosa Cámara de Ámbar.
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