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Santiago Miranda y Perry King unen tecnología y poesía en sus diseños Una exposición recoge dibujos y fotos sobre la creación de objetos

La sala de las arquerías de los Nuevos Ministerios de Madrid (paseo de la Castellana, 67) se ha convertido en una calle llena de bocetos, dibujos, fotografías y siluetas de papel. Los diseñadores Santiago Miranda, sevillano, y Perry King, londinense, con estudio en Milán desde 1975, presentan así el proceso de creación de sus lámparas, sillas, sistemas de trabajo e interiores. "Ponemos de acuerdo la tecnología con la poesía", declararon ayer.

La exposición El quinto cuarto, organizada por el Ministerio de Fomento y la Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, viajará después de su paso por Sevilla y Madrid (abierta hasta el 28 de mayo) a diversas ciudades europeas hasta terminar en Milán. El montaje se presentó ayer con una mesa redonda en el CEU Arquitectura, donde intervinieron junto a los diseñadores el filósofo Francisco Jarauta, autor del texto del catálogo; el diseñador Alberto Corazón; la arquitecta Aurora Herrera, y el presidente de Trienal de Milán, Augusto Morello.Miranda y King han querido presentar la vida de los objetos antes de que entren en el mercado. Por este motivo, en la muestra no hay lámparas o sillas reales y su imagen comercial ocupa la parte última del montaje. Entre los dibujos y bocetos se han colocado una serie de fotografías realizadas por Andrea Zani y centradas en la luz de una serie de lámparas colocadas en bosques a lo largo de las cuatro estaciones.

"Antes del objeto está el proceso", dice Santiago Miranda. En este espacio anterior a la salida al mercado se encuentran el quinto cuarto (los restos que se quedaban los carniceros después de dividir la pieza en cuatro) y las manos que identifican la exposición. "La mirada de las manos es la medida y, en las dos dimensiones del papel, la medida es todo". "El quinto cuarto es ese sucederse de bocetos y retratos que arropan y acompañan cada objeto o interior desde su concepción balbuciente hasta su puesta en producción".

A cuatro manos

Miranda y King trabajan a cuatro manos y así salen los "dibujos de concepto", que incorporan aspectos artísticos y técnicos en el mismo desarrollo de los objetos. "El diseño no es cosa artística y no tenemos el ego del artista. Los materiales previos son restos y trozos de lo principal que son los objetos, que a su vez son los que más sufren en este proceso, al decirte también cosas desde el papel. Los dos pensamos y dibujamos en complicidad con el diseño y la palabra de dos personas que somos extranjeros en todo, ya que hablamos en italiano, y además incorporamos dos caligrafías en lucha".

En la exposición figuran los dibujos que después han salido como lámparas con nombres como Olé, Tam-tam, Crisol, Tina, Symbol, Borealis, Jill, Donald, Mr. Collar, Lucero (iluminación para la Expo 92 de Sevilla), así como sillas, grifos, mesas y los interiores de salas de exposiciones y alguna vivienda en Japón. "Las lámparas tienen una magia propia y la luz controla tu entorno desde las noches que no existía la luz y el fuego".

Otro aspecto del trabajo de King y Miranda son los teclados de ordenadores y los muebles de oficinas. En la muestra aparecen los primeros estudios para la firma holandesa Ahrend. "Más que productos industriales nos interesa imaginar cosas, y en este sentido nos preocupa los lugares para intercambio de trabajo. Los muebles de oficina se adaptan a todo tipo de personas, y el trabajo sale de las oficinas para seguir en los aeropuertos o en las casas".

Miranda cree que el diseño es un valor constitutivo, no añadido. "Es industria y sueño".

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