_
_
_
_

El principio de precaución se abre camino en la ley europea

Javier Sampedro

Las restricciones acordadas ayer por Estrasburgo abren la vía a la utilización en la legislación europea del llamado principio de precaución, por el que los países de la UE podrán tomar medidas de bloqueo -prohibir la siembra de determinado producto, o negarse a importarlo- aduciendo dudas razonables, o incluso una mera información insuficiente sobre ese producto, sin necesidad de evidencias científicas sólidas sobre sus riesgos.El caso de las semillas transgénicas que contienen genes de resistencia a los antibióticos es un ejemplo perfecto. Por el momento no existe ninguna evidencia científica sólida de que esos genes puedan saltar accidentalmente a las bacterias del entorno y hacerlas así resistentes a los antibióticos. Al contrario, el equipo de John Heritage, de la Universidad de Leeds (Reino Unido) presentó el mes pasado, en un encuentro de la Sociedad Británica de Investigación Animal celebrado en Scarborough, los resultados de un experimento diseñado a propósito para detectar esas posibles trasferencias de genes de resistencia a antibióticos a las bacterias. No encontraron ninguna, aunque siguen buscando.

Más información
La Eurocámara decide la eliminación gradual de los transgénicos resistentes a los antibióticos El Parlamento rechaza que los productores paguen indemnizaciones en caso de daños

El problema de las bacterias resistentes a los antibióticos es realmente grave. Pero sus tres principales causas están muy bien identificadas por los especialistas en microbiología clínica: muchos médicos recetan demasiados antibióticos, muchos ciudadanos los consumen innecesariamente, y muchos ganaderos abusan de ellos en el pienso. La contribución de las semillas transgénicas a este fenómeno es, por el momento, una mera hipótesis sin el menor aval experimental.

Éxito en Montreal

Con todo, la introducción del principio de precaución en el Protocolo de Bioseguridad de Montreal, firmado por 130 países en enero pasado, fue un gran éxito diplomático de la Unión Europea en esa negociación. Ese principio puede constituir una herramienta eficaz para evitar que las multinacionales biotecnológicas norteamericanas, principales impulsoras de las semillas transgénicas, acaparen el mercado europeo para esos productos agrícolas.

En compensación, la gran derrota europea en la misma reunión de Montreal fue que Estados Unidos impidió que el Protocolo de Bioseguridad obligara a los exportadores de semillas a identificar con una etiqueta o prospecto detallado qué productos transgénicos contiene cada cargamento, y qué se sabe sobre sus posibles riesgos. En cualquier caso, los exportadores estadounidenses tienen cada vez más problemas para colocar sus semillas transgénicas en Europa.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_