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El Ayuntamiento de Bilbao desconoce todavía cómo reformará la Alhóndiga y cuánto le costará

Aunque el equipo municipal de Bilbao asegura que la reforma de la Alhóndiga es "claramente un proyecto estrella" del mandato iniciado hace diez meses, lo cierto es que aún no existe ningún proyecto concreto ni un presupuesto estimado, según admitió ayer el concejal de Cultura, José Luis Sabas. El edil presentó las actividades que su concejalía organizará para acercar la cultura a toda la ciudadanía. El festival Bilbao Tropikal desaparece y, en cambio, se intentará atraer a nuevos públicos al Teatro Arriaga y a los museos, además de programar actos en los barrios.

El edificio de la Alhóndiga sigue tal y como estaba en las pasadas elecciones municipales casi un año después de que Iñaki Azkuna se convirtiera en alcalde de la capital vizcaína y pese a que desde el principio ha asegurado que uno de sus propósitos prioritarios era convertir el edificio abandonado en un gran centro cultural y de ocio. El Ayuntamiento ni siquiera ha presentado un esbozo de proyecto. De hecho, las únicas referencias a la Alhóndiga que contiene el plan estratégico de cultura presentado ayer se refiere a los implicados en la gestación del proyecto.La falta de un presupuesto para este año -el Ayuntamiento prorrogó los del pasado- dificulta la marcha de los cambios en la Alhóndiga.

Lúdico y formativo

El responsable de diseñar ese "lugar de encuentro de actividades lúdicas y formativas", el arquitecto municipal Elías Mas, explicó ayer que en otoño habrá un primer proyecto sobre "el vaciado" del edificio y el aparcamiento que se construirá en el subsuelo. Y habrá que esperar hasta primavera de 2001 para conocer el proyecto definitivo. El arquitecto auguró también que las obras duraran "varios años", hasta "cuatro", a lo que Sabas replicó que "dos y medio". Justo coincidiendo con la recta final del mandato.

El concejal explicó las novedades con las que el área de Cultura pretende atraer a público de todas las edades, condiciones sociales y barrios de la ciudad, e incluso del área metropolitana, al teatro, a conciertos, a exposiciones, a las bibliotecas, a los festivales de cine, etcétera. La concejalía está empeñada en "romper esa barrera mental", en palabras de la nueva directora de Cultura, María Ángeles Egaña, que provoca que ciertos colectivos ni piensen en zambullirse en la vida cultural de la ciudad, pero sin dejar al margen la calidad ni la variedad.

Egaña detalló los programas novedosos creados para animarles. El programa Ni una butaca vacía consiste en facilitar invitaciones para el teatro a colectivos sociales que no suelen asistir a representaciones. Empezará en septiembre. De paseo por los museos de Bilbao abarca visitas guiadas en las que los vecinos de los barrios periféricos serán trasladados a los museos en autobús. Los centros de distrito acogerán exposiciones temporales que hasta ahora se han exhibido básicamente en la biblioteca de Bidebarrieta.

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Aún está por concretar el impulso que recibirá el cine, aunque quizá se organice un festival dedicado al género fantástico.

La concejalía también ha elaborado un plan estratégico específico para el Teatro Arriaga en el que se marcan las líneas generales de revitalización. El teatro prevé programar cada temporada cuatro zarzuelas, dos o tres óperas, una de ellas de un autor vasco, espectáculos de ballet de cinco compañías, una docena de obras de teatro, el ciclo de música sacra y cuatro conciertos extraordinarios, una o dos comedias musicales y el Festival de Cine de Bilbao.

El Teatro Arriaga pretende especializarse en la producción de espectáculos inexistentes en la oferta general y se abrirá a las vistas guiadas, tanto para turistas como para los especialistas.

Sabas argumentó la desaparición del festival Bilbao Tropikal en que tres o cuatro días de conciertos costaban lo que una docena de nuevos programas culturales. El concejal de Cultura también tiene planes para la Aste Nagusia. Pretende crear un recinto estable para las txosnas de las comparsas y limitar las carpas que levantan otras organizaciones y los hosteleros. También anunció que se aplicará a rajatabla la nueva normativa de ruidos.

Otro asunto que interesa a la concejalía es conocer con rigor qué opinan los vecinos de Bilbao sobre la actividad cultural de la ciudad. Para saberlo, Sabas ha encargado una encuesta que se realizará en mayo con una muestra aún indeterminada de ciudadanos.

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