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La novela 'El león de oro' evoca la adolescencia en la posguerra

Manuel Amaya Zulueta, que firma sus libros sólo con sus dos apellidos, Amaya Zulueta (Cádiz, 1947), ha ganado la primera edición del Premio Fernando Quiñones, dotado con tres millones de pesetas, con El león de oro (Alianza), una novela en la que evoca la sórdida y difícil infancia y adolescencia de la posguerra a través de un niño. Y aunque la historia se desarrolle en una ciudad del sur en los años cincuenta, "es la parábola del dolor de todos los españoles, de esa época miserable", explicó recientemente el autor en la presentación del libro. "Es una mirada dolorosa, a veces gozosa, pero siempre entreverada con la del adulto que lo ha escrito", dijo Amaya Zulueta, un autor que encuentra entre sus parentescos literarios a la triada de escritores andaluces, Luis Berenguer, Fernando Quiñones y José Caballero Bonald, y que es sobre todo deudor de la novela El capirote de Alfonso Grosso. "En todos está presente el mismo paisaje, una forma de novelar en la que prevalece el estilo como sustento de la narración y también en la novela de la madurez", dijo el autor de esta novela, que en realidad surgió de un texto bastante más amplio, que dividió en dos: Las puertas de la noche, finalista del Premio Luis Berenguer 1998, y El león de oro, la única que ha publicado, y "la más canalla".

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