Gates pierde
Un juez acaba de dictar condena, pero aún no la sanción, en el caso Microsoft, iniciado hace casi dos años, cuando la ministra de Justicia estadounidense y los fiscales de 19 Estados acusaron a la compañía presidida por Bill Gates de prácticas contrarias a la ley antimonopolio. El asunto se inició cuando Microsoft decidió aprovechar su dominio en los sistemas operativos de los ordenadores para conseguir una posición similar en los navegadores de Internet, un mercado controlado hasta entonces por su rival Netscape. El procedimiento consistió en distribuir el sistema operativo con el añadido gratuito e inseparable del navegador, en lo que el juez califica de "prácticas depredadoras", para impedir la instalación del de Netscape, lo que liquidó la privilegiada posición de su competidor.El juez Jackson ha desestimado otras acusaciones relacionadas con los contratos de venta del software de Microsoft a los vendedores de ordenadores con cláusulas lesivas para las compañías rivales. Pero considera que lo ocurrido con el navegador de Internet fue una práctica destinada a "sofocar la competencia" y a quedarse como único actor utilizando su "prodigioso poder de mercado y sus beneficios inmensos". Tras una primera declaración de "hechos probados", en noviembre pasado, y un intento fallido de acuerdo entre el gigante informático y la parte acusadora, el juez ha decidido dar a conocer un fallo que contiene juicios extremadamente duros sobre las tácticas de la compañía, lo que hace prever una sanción severa.
La naturaleza del castigo no se conocerá hasta el verano, tras un nuevo procedimiento para fijarla. Los acusadores propondrán la fragmentación de Microsoft en varias empresas, una medida de enorme trascendencia que se consideraba poco probable hace unos meses, pero que hoy vuelve a estimarse. No sería la primera vez en EEUU que una decisión judicial obliga a la división de una poderosa empresa en otras más pequeñas para asegurar la competencia: ocurrió con la Standard Oil y, más recientemente, con AT&T.
Sólo después de fijadas las sanciones podrá Gates recurrir la sentencia, aunque no está claro si podrá evitar las medidas cautelares que pudieran decidirse.Sea cual sea el final de la historia, Microsoft ha sufrido ya un daño considerable, cuya primera manifestación ha sido una pérdida de más de 16 billones de valor bursátil en sólo dos días. Es previsible, además, que empiecen a presentarse multitud de querellas individuales que hagan valer la doctrina contenida en la sentencia para reclamar posibles perjuicios. Se abre así un incierto futuro para una empresa que hasta hace unos días era la primera del mundo por valor en Bolsa.
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