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El alcalde prohibirá abrir nuevos bares en las calles más ruidosas de Centro.

La Policía Municipal intensificará la vigilancia 'armada' con sonómetros

Antonio Jiménez Barca

El gobierno municipal de Madrid, que preside José María Álvarez del Manzano, asegura que está decidido a tomar medidas para conseguir que el distrito Centro sea menos ruidoso. Ayer presentó un estudio sobre contaminación acústica que revela que hay determinadas áreas del distrito "muy contaminadas por la noche". El concejal de Medio Ambiente, Adriano García-Loygorri, anunció una medida drástica para combatir el problema: en las calles "muy saturadas" de ruido nocturno el regidor va a prohibir "la implantación de nuevas actividades recreativas o espectáculos públicos de cualquier clase". En estas calles no se podrá instalar ni un bar ni una cafetería, según pretende imponer el equipo municipal mediante una modificación de la ordenanza acústica.¿Cuáles son las calles "muy saturadas"? Medio Ambiente, que aprobó en marzo de 1998 estudiar el ruido en Centro y lleva 18 meses metido en este trabajo, aún lo desconoce. "Aunque, sin posibilidad de equivocarse, se puede afirmar que las calles más saturadas estarán, como todo el mundo puede suponer, en la zona de Huertas, en Malasaña y en el barrio de Justicia", explicó Plácido Perea, uno de los técnicos que elaboró el informe.

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Para el estudio se instalaron 379 micrófonos en balcones y ventanas de primeras o segundas plantas de edificios de Centro.

Las conclusiones captadas por el batallón de micrófonos son las siguientes: en los días laborables, y de día, el distrito Centro no presenta una contaminación acústica especialmente dañina. Tampoco las noches de los días laborables son particularmente ruidosas. Pero en las noches de los fines de semana, según las mediciones, casi la mitad del distrito, exactamente el 49% de las calles, alcanza el nivel "muy saturado", es decir, la mitad de los vecinos soporta un ruido de más de 65 decibelios de media. Una persona recibe 65 decibelios si trabaja en una oficina donde se establecen diálogos en voz alta entre los distintos empleados; 100 decibelios es el ruido que vomita un taladrador mecánico.

La causa de tanto ruido en Centro son "las actividades de pública concurrencia", la proliferación de bares y locales de copas y "la concentración de jóvenes en la vía pública".

El Área de Medio Ambiente presentó ayer, además del estudio, un conjunto de medidas que, a su juicio, paliarán algo el estruendo que soportan los vecinos. Las medidas policiales, como reconoció García-Loygorri, ya se llevan a cabo: control de los locales nocturnos para que cumplan el horario (hasta las 3.00 en festivos y vísperas y hasta las 2.00 de lunes a jueves) y no superen el aforo permitido. Otras soluciones aportadas, como cortar algunas calles al tráfico o subvencionar la instalación de dobles ventanas, no se aplicarán hasta dentro de dos años.

El gobierno municipal aclaró ayer que los agentes van a vigilar más de lo que lo hacen actualmente el cumplimiento de los horarios de los bares de copas en las zonas más castigadas por el ruido. Así lo aseguró la concejal de Seguridad, María Tardón, que señaló que, para que las sanciones y las multas sean efectivas, "los policías irán con sonómetros para certificar el ruido que tienen que soportar los vecinos".

Tardón pidió también "a las instancias pertinentes" más plazo para tramitar ciertos expedientes sancionadores: "El motivo por el que el Ayuntamiento de Madrid pierde la mayoría de los recursos es que existe sólo un mes de plazo para contestarlos, y en una ciudad tan grande como Madrid, considero que ese plazo debería ser más largo".

Los vecinos de la zona y los dueños de bares de copas, tradicionales enemigos a la hora de discutir sobre las causas del ruido y sus soluciones, coincidieron en criticar el plan del Ayuntamiento.

Para Juan Carlos Mora, presidente de la asociación de vecinos del Barrio de las Letras, en la calle de las Huertas y alrededores, las medidas municipales "son positivas, pero insuficientes", según Efe. "Medio Ambiente tenía datos del distrito Centro desde hace muchos meses y ha perdido un tiempo precioso en el que no ha adoptado ninguna medida para paliar el ruido", añadió Mora. La asociación de vecinos del Barrio de las Letras, explicó Mora, aboga porque los residentes "vivan dignamente y no se les eche de sus casas a causa del ruido".

Rebajar el horario

Esta asociación pidió al Ayuntamiento de Madrid que obligase a los bares de copas de Huertas a cerrar una hora antes. Hartos de que el municipio desoyera sus quejas, se fueron a los tribunales. Éstos obligaron al Ayuntamiento a que abriera un expediente y escuchara las propuestas de esta asociación. La concejal María Tardón aseguró ayer que antes de decidir si se obliga a los bares de copas a cerrar antes "hay que oír a todas las partes". Tardón añadió que a la hora de tomar una decisión "se tendrán en cuenta los resultados del informe elaborado por los técnicos de Medio Ambiente".

En el otro lado de la balanza se encuentran los dueños de los bares de copas, que se manifestaron en contra de que el Ayuntamiento prohíba la apertura de nuevos locales en las zonas de Huertas, Malasaña o Tribunal. José Carlos García, secretario de la Asociación de Hosteleros de Huertas, señaló a Efe que la medida "es discriminatoria en relación a otras zonas de copas de Madrid". García añadió que la culpa del ruido hay que buscarla "en algunos locales que no hacen las cosas bien y que meten bulla en la calle".

"Los hosteleros no queremos un centro desértico, y los vecinos tampoco. Lo que quieren los vecinos es que desaparezcan las molestias", afirmó. Esta asociación mantiene la convocatoria de huelga para el próximo fin de semana, durante el cual los bares de copas de esta zona desafiarán a la Policía Municipal y cerrarán a las seis de la mañana.

Protestas

Los propietarios de los establecimientos protestan, precisamente, porque el Ayuntamiento, tal y como le obligó el juez, ha abierto un expediente para estudiar si reduce en una hora el horario de cierre, cosa a la que los hosteleros se niegan tajantemente. "Estamos convencidos de que se molesta menos cuando los locales están abiertos", añadió García. El secretario de la Asociación de Hosteleros de Huertas sostiene que, cuando los bares cierran pronto, los jóvenes se quedan en la calle bebiendo y ésa es precisamente la principal causa del ruido que tortura a los vecinos. La concejal de Seguridad aseguró que los agentes municipales peinarán esta zona el próximo fin de semana "normalmente, tal y como se hace en otro fin de semana cualquiera, poniendo las sanciones que corresponda".

Para aminorar en lo posible el ruido, el Ayuntamiento, además de las medidas citadas, controlará periódicamente a los camiones de la basura y a los autobuses que atraviesan el distrito Centro. Las mediciones se harán en el Centro Municipal de Acústica, "que es muy moderno y para eso está", según dijo el concejal de Medio Ambiente.

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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