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El 30% de la carga contaminante de las aguas residuales se vierte sin cumplir la directiva europea

Con una población de cuatro millones de habitantes, la Comunidad Valenciana necesita tener un parque de estaciones depuradoras de aguas residuales con capacidad para 2,5 veces esa cifra. El turismo y, sobre todo, la actividad industrial hacen que por la red de alcantarillado discurra una carga contaminante superior a 10,5 millones de "habitantes equivalentes". Con las infraestructuras actuales, sólo el 68,16% de esos vertidos se trata conforme a la directiva europea correspondiente. El tercio restante o no se depura todavía o se hace inadecuadamente.

Las especiales características de la Comunidad Valenciana en cuanto al tejido industrial hacen que las casi 300 plantas depuradoras instaladas aún no sean suficientes para tratar los miles de litros de vertidos que a diario se arrojan a las redes de alcantarillado. "Nuestros problemas son: mucho turismo, un tejido industrial relativamente fuerte y, sobre todo, que los ríos no llevan ni una gota de agua, con lo que no podemos fallar nunca", se lamenta Pedro Simón, gerente de la Entidad de Saneamiento de Aguas de la Comunidad Valenciana y por tanto responsable de la apliación del Plan de Saneamiento.Con estos condicionantes, se calcula que la población máxima (los "habitantes equivalentes" se calculan diviendo la carga contaminante de los vertidos del núcleo por una cifra estándar que en teoría corresponde a la producida por una persona) para la que ha de estar preparado el parque de depuradoras es de 10,5 millones, una cifra sólo equiparable a la de Cataluña, Andalucía, Madrid, tres comunidades autónomas mucho más pobladas que también sufren una contaminación humana e industrial superior a los diez millones de habitantes equivalentes.

"La directiva nos obliga a que sólo en nuestra Comunidad haya más depuradoras que en países enteros de la Unión Europea", afirma Simón, que pese a este hándicap asegura que la situación es mejor que la del resto de España, donde a 1 de enero de 1999 sólo se depuraba conforme a la directiva el 48% de la carga contaminante.

Plazos obligatorios

Para frenar el problema de la contaminación, el Estado español traspuso en 1995 mediante un real decreto la directiva europea que regula desde 1991 el tratamiento de las aguas residuales urbanas. Así, se establecen distintos plazos para cumplir estrictos niveles de calidad según la zona donde se vierte y su población equivalente.

Según el real decreto, antes de 1 de enero de 2001 se tendrá que depurar correctamente el agua de los núcleos de más de 10.000 habitantes (siempre "equivalentes") y antes del 1 de enero de 2006 los de 2.000. Sin embargo, el real decreto también marca un compromiso ya vigente: desde el 1 de enero de 1999 la Comunidad Valenciana tenía que tener resuelta la depuración de todos los núcleos de más de 10.000 habitantes que vertieran a cualquiera de las 16 zonas sensibles catalogadas (algunos embalses, siete espacios naturales valiosos, por ser humedales singulares, y franjas litorales con poco recambio de agua). Aquí es donde existen los mayores problemas para la Comunidad Valenciana.

Por ejemplo, entre las zonas sensibles se encuentra el parque natural de L'Albufera, en cuyas proximidades el Ministerio de Medio Ambiente tenía que haber instalado hace ya varios años tres depuradoras (Albufera Sur, Sueca y Algemesí-Albalat, las tres en construcción ahora). Su carencia provoca que el valioso lago reciba los vertidos de más de 80.000 habitantes equivalentes.

Igualmente, las depuradoras de grandes núcleos urbanos, como Castellón o Benidorm, que vierten a zonas sensibles de carácter litoral, no trabajan actualmente conforme a la directiva, bien por falta de tratamiento terciario (para eliminar fósforos y nitratos) o por estar sobrecargadas de trabajo. Sólo entre las dos suman 600.000 habitantes pero en ambos casos las plantas están ya adjudicadas y el Consell prevé que se inicie su construcción de forma "inminente". Entrarían en funcionamiento antes de un año.

Emisarios submarinos

Casi lo mismo pasa en Valencia, donde la construcción de la depuradora Pinedo 2, también adjudicada, evitará el vertido incorrecto de una carga de 735.00 habitantes. La Entidad de Saneamiento de Aguas prevé que esté lista en año y medio. Pero para Pedro Simón, uno de los problemas más preocupantes es el que provocan los tres grandes núcleos del norte de Castellón. Vinaròs, Benicarló y Peñíscola, que ahora cuentan con emisarios submarinos. Las depuradoras se licitarán en el primer semestre de 2000.

Otra de las obras más necesarias, que se licitará el mes próximo, es la ampliación de la estación depuradora de Font de la Pedra (que da servicio a 188.863 habitantes equivalentes de Muro de Alcoy, Cocentaina y Alquería de Aznar). La planta actual soporta una carga de contaminación industrial muy fuerte.

Lodos y aguas como recurso

Mientras en otras comunidades las aguas residuales urbanas se depuran con el único objetivo, tan ecológico como obligatorio, de evitar altos grados de contaminación en los lugares de vertido, en la Comunidad Valenciana, desde hace pocos años, va ganando peso otra motivación: reutilizar tanto los lodos de depuración como abono para los campos de cultivo como la misma agua depurada para regar. Es decir, el sector agrícola se ha convertido en uno de los grandes beneficiados del cumplimiento de las directivas sobre depuración. Sin embargo, este factor obliga a esmerar aún más si cabe la calidad de la depuración. Así lo reconoce Pedro Simón, gerente de la Entidad de Saneamiento de la Comunidad Valenciana, que asegura que en algunas plantas se aplican métodos más restrictivos que los marcados por la normativa europea con el fin de que el agua depurada sea reutilizada con totales garantías por los agricultores.Según Simón, hasta hay municipios donde "se dan de tortas" por tener cerca la depuradora diseñada para dar servicio a un grupo de núcleos urbanos. Y una vez ubicada en uno de ellos, hasta se ha dado el caso de tener que construir tuberías para devolverles a cada uno su agua tras ser depurada.

Sin llegar a estos extremos, una vez que el agua recupera gran parte de sus características, mejor es usarla que tirarla al mar. Por ejemplo, desde la depuradora Pinedo 1, en Valencia, se envía por un colector toda el agua recuperada al parque natural de L'Albufera. Y ésa es la tendencia para muchas otras plantas.

En cuanto a los lodos de depuración, Pinedo 1 puede presumir de tener hasta una lista de espera de agricultores para usarlos como abono. 24 municipios de la provincia ya se han beneficiado de las 52.000 toneladas de este fertilizante gratuito producido en la planta desde febrero de 1997.

Sólo hace falta que su calidad sea la adecuada, porque si lleva altos niveles de metales pesados (provienen de los vertidos industriales) no se pueden usar en agricultura sino que han de ir a un vertedero. Y hasta se ha dado el caso de algún lodo de depuradora que se ha tenido que tratar como residuo tóxico y peligroso.

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