Unió de Pagesos anuncia una nueva 'guerra de la avellana' frente a la UE
2.000 payeses reclaman en Tarragona ayudas al sector de frutos secos
Más de 2.000 productores de frutos secos se manifestaron ayer en Tarragona, convocados por el sindicato Unió de Pagesos (UP). Los manifestantes reclamaban el apoyo del ministro de Agricultura, Jesús Posadas, para que el Consejo de Ministros de la UE, que se celebrará mañana y pasado, incluya la prórroga de las ayudas al sector, que finalizan en mayo. Los campesinos dicen que sin las subvenciones están condenados a desaparecer. UP anunció una nueva guerra de la avellana si no se debate la continuidad de las ayudas.
Las previsiones del sindicato, que esperaba convocar a 5.000 payeses, no se cumplieron, pero UP dio nuevamente muestras de su capacidad de convocatoria, más que probada en el curso de 1996, cuando la organización agraria, después de nueve meses de movilización continua, cortes de carreteras, barricadas de neumáticos y encierros, consiguió que las administraciones se plegaran a la ampliación de las ayudas. Las referencias a la guerra de la avellana fueron ayer más que explícitas, tanto en las pancartas que portaban los manifestantes, como en los parlamentos de los representantes sindicales, que anunciaron un "cambio de sentido en las movilizaciones", si los ministros europeos de Agricultura no debaten la prórroga de las ayudas al sector.El coordinador de la fruta seca de UP, Pere Guinovart, convocó a los presentes a una asamblea, el próximo jueves, en La Pobla de Mafumet (Tarragonès), donde se debatirán las acciones que deban emprender. Tras recordar la ausencia de políticos -"no estamos en campaña", dijo-, Guinovart calificó la próxima semana de "histórica" y amenazó con "hacer una bola muy grande" si el sector de la fruta seca, que aúna principalmente a los productores de almendra, avellana y algarroba, se queda sin las ayudas que percibe. El sector, que en Cataluña ocupa 130.000 hectáreas y en España más de 600.000, reclama una ayuda directa a las rentas de los agricultores, no vinculada a la producción, y que sería de 88.750 pesetas por hectárea.
Los representantes sindicales recuerdan que la producción de avellana de Turquía -con una mano de obra tres veces más barata-, la de almendra de California o la de algarroba norteafricana hacen inviables sus cultivos sin las ayudas. Aun con ella, el 36% de las explotaciones agrarias ha abandonado la actividad de producción de avellana desde 1989, según el Instituto de Estadística de Cataluña.
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