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CiU muestra su disposición a rebajar sus peticiones de pacto fiscal

Francesc Valls

La mayoría absoluta del Partido Popular ha despertado a Convergència i Unió de sus sueños de pacto fiscal. Los nacionalistas catalanes no verían con malos ojos sustituir su propuesta de financiación por la del presidente valenciano, Eduardo Zaplana (PP). "Ésta puede ser una buena base para empezar a hablar", subrayó ayer Artur Mas, consejero de Economía catalán. En CiU están resignados a guardar su pacto fiscal para tiempos mejores y se preparan para que la travesía del desierto sea lo más cómoda posible.

"Si tuviéramos más capacidad de presión, obtendríamos más", afirmó el consejero. "Pero las cosas no son como imaginábamos hace 15 días", agregó. Así que en CiU se han puesto a trabajar con hipótesis posibilistas, aunque aseguran que no renuncian a conseguir su pacto fiscal y su aumento de techo de autogobierno. Como gesto de buena voluntad, los nacionalistas no votarán contra la investidura de José María Aznar, que se celebrará después de Semana Santa.Hasta entonces, se sucederán los contactos entre ambas formaciones políticas tanto a nivel estatal como catalán. Los conservadores quieren obtener el apoyo de los nacionalistas moderados, como Convergència i Unió, y a la vez la coalición que lidera Jordi Pujol necesita aprobar los presupuestos de la Generalitat en el Parlamento catalán, para lo que cuenta con los votos del PP. Se trataría pues de un primer intercambio de favores.

Los dirigentes de CiU se ven ahora obligados a rectificar su estrategia para conseguir una mejora sustancial del sistema de financiación, dada la holgada mayoría de los conservadores. Y se han apuntado al posibilismo de una propuesta de un presidente autonómico del PP e incluso no ven con malos ojos lo sugerido por la candidata popular a la presidencia de la Junta de Andalucía, Teófila Martínez, de conseguir el traspaso del 50% del IRPF.

La iniciativa de Zaplana es menos ambiciosa que el pacto fiscal de los nacionalistas catalanes, pues éstos reclaman la creación de una Agencia Tributaria propia y que la Generalitat recaude la totalidad de los impuestos. El presidente valenciano opta por elevar el porcentaje del IRPF traspasado a las comunidades autónomas, que en la actualidad se sitúa en el 30%, y por la cesión de los impuestos especiales sobre hidrocarburos, tabaco y el IVA de servicios prestados a los ciudadanos. Por su parte, la propuesta inicial de CiU se basa en reivindicar el 60% del IRPF, el 50% del IVA y la totalidad del resto de los impuestos y tasas.

Mientras las incógnitas acaban de despejarse, Mas quiso, de entrada, "agradecer la actitud de diálogo del Gobierno popular".

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