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Un recorrido por los 'signos del siglo' identifica el diseño gráfico español El Museo Reina Sofía monta mil piezas de 500 autores en una exposición itinerante

Las torres de los ascensores del Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid, cuelgan las siluetas del toro de Osborne, el caballo del Nitrato de Chile, el dibujo de Picasso para Els Quatre Gats y Cobi para anunciar la exposición Signos del siglo. 100 años de diseño gráfico en España. La muestra, preparada por los diseñadores Alberto Corazón, Enric Satué y Emilio Gil, contiene mil piezas de 500 autores y propone un recorrido por las imágenes cotidianas en la comunicación social. El montaje viajará durante dos años por España, y en 2002, por el extranjero.

Una gran esfera aerostática, situada en el jardín interior del Museo Reina Sofía, con los objetos que nos rodean durante 24 horas, es el comienzo de la exposición Signos del siglo, cuyo recorrido continúa en la tercera planta, con una selección de los diseños del año y los lenguajes empleados por los profesionales, como pictogramas, el color, tipografías, formas y trabajos para cine y televisión. La muestra está producida y organizada por la sociedad estatal para el Desarrollo del Diseño y la Innovación (D.Di), de la Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa, del Ministerio de Economía y Hacienda, con el patrocinio de la Unión Europea y Terra. Tras la inauguración de hoy, con asistencia de los duques de Lugo, quedará abierta mañana al público, hasta el 29 de mayo. En el mes de junio comenzará por Baleares una itinerancia por las comunidades autónomas, que durará dos años, para seguir en 2002 por otras ciudades europeas, a partir de Berlín.

Modernidad

El director del museo, José Guirao, declaró ayer que, como ocurrió hace dos años con la exposición sobre el diseño industrial, se presenta el trabajo de unos profesionales que suelen ser desconocidos para el gran público, en una presentación desde la realidad inmediata y al mismo tiempo histórica. La presidenta de D.Di, Ana Isabel Mariño, dijo que se quería estimular a las empresas "para que incorporen el diseño gráfico a sus estrategias comerciales", como un factor de calidad y competencia en España y dentro de la Unión Europea. "También se pretende ofrecer una imagen de modernidad y de España, una imagen de país, a través de un enfoque innovador y empresarial y con una presentación espectacular".

Los tres comisarios han rastreado en los últimos dos años entre los profesionales, en colecciones y archivos de empresas, con la colaboración de D.Di, de los premios nacionales de diseño América Sánchez, Yves Zimmermann, Peret y Javier Mariscal, y del historiador Daniel Giralt-Miracle. La imagen gráfica es de Pepe Cruz Novillo, y el montaje, de Luis Sardá.

Alberto Corazón cree que se ha hecho por primera vez una investigación de los fondos para empezar a crear un cuerpo de contenidos sobre diseño gráfico, ya que apenas existe bibliografía y archivos organizados. José Guirao plantea un departamento de diseño con la ampliación del museo y pide una "toma de conciencia" a profesionales y empresas para que se conserven estos materiales.

La esfera del jardín, con un reloj en el centro, marca las 24 horas de un día cualquiera, los diseños de la vida cotidiana, desde el despertar con la radio a la música de la noche. Revistas, discos, sellos, identidades de instituciones, carteles, calendarios, licores, loterías, aparecen distribuidos en las paredes como los signos que acompañan cada día y que marcan la jornada laboral, la comida, las señales viales, los museos, el deporte, el ocio y las copas.

Para Alberto Corazón, esta primera zona reclama la atención sobre la forma de relacionarnos con el diseño a través de un relato, con los signos gráficos y la comunicación visual que proporciona la cotidianidad. "Este espacio reclama la continua necesidad de intercomunicar a través de signos gráficos".

En la tercera planta del museo se han montado los otros dos ámbitos: 100 signos del siglo y Los lenguajes del diseño. Se ha seleccionado, según Enric Satué, el diseño más representativo de cada año, que con frecuencia aparece en objetos. "No están por su posible categoría artística, sino por las innovaciones y su éxito popular, que permanece en la memoria de los ciudadanos".

En esta secuencia figuran los objetos más diversos, que a veces identificaron momentos históricos y sociales; unos siguen vigentes, y otros, perdidos, anónimos y de autor. Comienza con un menú de Picasso para Els Quatre Gats (1900) y termina con las formas de velocidad de Miguel Ripoll (1999), diseñador que trabaja en Londres y presenta una página web experimental "con un juego de relaciones, una tipografía radical y en un estilo excesivo y barroco". En los pasillos y salas se descubre la lata de aceite Carbonell (1904), el Abc (1905), El Gaitero (1912), el papel de naranjas La Niña (1919), señal del metro (1927), cartel de La Barraca (1932), el taxi de Barcelona (1933), paquete de Ideales (1936), cromos de Gallina Blanca (1941), cartel Cinzano (1953), TVE (1955), Vinçon (1972), EL PAÍS (1976, de Reinhardt Gäde), La Caixa (1981), Arco (1987), Cobi (1991), El País de las Tentaciones (1995, de Fernando Gutiérrez), Residencia de Estudiantes (1997).

La tercera parte incluye las herramientas que utiliza el diseñador, "elementos de comunicación", según Emilio Gil. A través de numerosos ejemplos se estudian los pictogramas (siluetas e iconos), la tipografía (familias de letras), el blanco y negro y el color, la imagen y la ilustración, formas y texturas, para terminar en una sala con el diseño animado en el cine, la televisión, créditos y en la red.

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