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Medio Ambiente alerta del aumento de envenenamientos de aves protegidas Los cazadores eliminan las rapaces para aumentar las piezas cinegéticas

El Ministerio de Medio Ambiente ha alertado sobre el incremento del uso de cebos envenenados con pesticidas y herbicidas en los cotos de caza menor para atrapar a las aves de presa protegidas. La creciente escasez de piezas cinegéticas, como el conejo, ha recuperado la práctica del envenenamiento de rapaces para dejar el terreno limpio de predadores en primavera y prepararlo para las repoblaciones masivas de especies de caza.

El exterminio de aves era hasta 1990 una tarea cotizada. El Ministerio de Agricultura promovía la captura de "alimañas" y compensaba con dinero a los cazadores que mataban águilas reales o buitres. Se calcula que por este procedimiento desaparecieron entre 1944 y 1973 casi cuatro millones de animales considerados "dañinos", 19.000 de ellos rapaces. Aunque esta práctica se prohibió en 1990 a la vista de que se extinguían muchas especies consideradas emblemáticas, como el águila imperial, el buitre leonado, el quebrantahuesos o el milano real, los responsables de conservación del Ministerio de Medio Ambiente han detectado un rebrote de envenenamientos masivos de rapaces mediante el uso de cebos con pesticidas y herbicidas. Un informe elaborado por Mauro Hernández para el ministerio, presentado en el Congreso Internacional sobre el Uso del Veneno, que se celebra en Alcudia (Mallorca), revela que la merma del conejo y el aumento espectacular de las repoblaciones cinegéticas ha devuelto el uso de estas prácticas prohibidas. Los gestores de cotos de caza menor utilizan pesticidas y herbicidas para limpiar de especies depredadoras su espacio cinegético en primavera, poco antes de ocuparlos con repoblaciones cinegéticas artificiales.

Hernández asegura que la situación se ha agravado ante la facilidad de acceso a infinidad de productos tóxicos y al descontrol del comercio de productos fitosanitarios. Cualquier plaguicida se coloca en cebos con restos de carne de matadero para que piquen las aves rapaces. Estas trampas son tan indiscriminadas que en ellas han caído también ovejas, cabras, caballos, ocas y cerdos. No han escapado a este ataque depredador 1.145 perros asilvestrados y domésticos.

Hay pocas comunidades autónomas que escapen a estas prácticas. En el periodo estudiado se ha detectado el uso irregular de veneno en 1.372 cotos distribuidos en 984 municipios. El mayor número de ellos se localiza en Andalucía (320 cotos) y Castilla y León (297), aunque destaca el País Vasco, que, pese a su reducida extensión, posee un número de términos municipales igual al de Castilla-La Mancha (82).

En los 3.668 casos de envenenamiento detectados figuran seis especies del Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, como el buitre negro (238 ejemplares muertos), águila imperial (68, sobre una población mundial de 132 parejas), el quebrantahuesos (8 marcados), alimoche (78), milano real (289) y buitre leonado (390); este último es la más afectada, en términos absolutos, debido a tres casos de envenenamientos masivos que acabaron con 106 ejemplares. El análisis de 242 cepos realizado en colaboración con el Instituto de Salud Pública Carlos III, de Madrid, revela que la mayoría de ellos se encontraban en cotos privados.

Hernández destaca que sólo se ha denunciado judicialmente un 27,5% de los casos; el 4,6% se archivó, un 5,8% se sobreseyó, está pendiente de resolución un 12,1% (debido quizá a la falta de jurisprudencia) y sólo se abrió expediente sancionador o se suspendió el aprovechamiento del coto en un 5% de los casos denunciados.

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