Venezuela necesita 237.000 millones para la reconstrucción
El Gobierno de Venezuela desembarcó ayer en Madrid con todos los fierros. El presidente Hugo Chávez, cinco ministros de su Gabinete, tres viceministros y otra veintena de funcionarios explicaron las consecuencias de las inundaciones que asolaron el Estado de Vargas el pasado mes de diciembre. "La lluvia de un año cayó en dos días, ¡imaginen!", retaba Chávez a las 200 personas que representaban al Gobierno español, a otros 29 Estados, a los organismos financieros internacionales y las ONG presentes. La delegación venezolana viaja hoy a Canarias para agradecer la ayuda recibida desde esa comunidad.Cinco horas dedicaron ayer a explicar en Madrid cómo el agua se llevó por delante unas 35.000 vidas, dejó en graves dificultades a 200.000 supervivientes y afectó a 400.000 personas. Y esos, los vivos, han perdido unos 3.200 millones de dólares (medio billón de pesetas) en infraestructuras, cosechas, hogares o escuelas.
El llamado Foro de Madrid ha sido auspiciado por el Banco Interamericano de Desarrollo, cuyo presidente, Enrique Iglesias, dirigió la maratoniana sesión junto a Chávez y al secretario de Estado para la Cooperación Internacional e Iberoamérica, Fernando Villalonga. A ellos, junto al resto del aforo, les corresponderá responder a la petición de ayuda por valor de 1.405 millones de dólares (237.000 millones de pesetas) para financiar la reconstrucción.
Aprovechar el verano
Y debe ser pronto. "Hay que apurarse, el invierno vuelve en cinco meses y hay que trabajar con reflectores", espetó el presidente venezolano, quien agradeció la ayuda de emergencia recibida en diciembre. El príncipe Felipe, que inaguró el Foro -en compañía del ministro de Exteriores, Abel Matutes-, pidió a Chávez que le dijera al pueblo venezolano "que no está solo". "Contará con el apoyo y el aliento de todos aquellos que, por pertenecer a la misma comunidad, hemos sentido la tragedia como nuestra", recalcó Don Felipe.
Chávez quiso destacar, eso sí, la ayuda que llegó de países latinoamericanos en dificultades. También dijo -"y sin temor a dañar la seguridad nacional"- que "la mitad de los soldados venezolanos están en casa, porque los cuarteles están llenos de damnificados, de familias que están demostrando cómo salir de la adversidad".
Mientras sus ministros exponían las oportunidades de inversión en la zona y explicaban los proyectos, Chávez interrumpió en varias ocasiones. Quiso "garantizar la seguridad a los inversores" y demostrar que "este desastre se puede convertir en oportunidad". La teoría es la siguiente: se va a comenzar de cero en el Estado de Vargas, por lo que se podrá afrontar el futuro sin rémoras del pasado.
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