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Un grupo de expertos critica el abuso de los datos arqueológicos para justificar las ideologías Los científicos analizan en Jaén el proceso de construcción de los nacionalismos

Ginés Donaire

,Una investigación abanderada por el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica revela los "abusos" de los datos arqueológicos a lo largo de la historia con fines ideológicos. Uno de los ejemplos de esta investigación es cómo se utilizaron hallazgos históricos para construir las identidades de los nacionalismos. Arturo Ruiz, director del Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, ha dirigido esta investigación titulada Archivos de arqueología ibérica: una arqueología para dos Españas. El trabajo andaluz está integrado en un grupo de seis que forman el proyecto Área, financiado por la Unión Europea.

El comité científico de este proyecto comunitario se ha reunido este fin de semana en la Universidad de Jaén para abordar la relación entre los archivos de arqueología ibérica y el proceso de construcción de los nacionalismos.Para Ruiz, los archivos de arqueología, construidos a partir de los datos obtenidos en las excavaciones, cobraron especial importancia a finales del siglo XIX, coincidiendo con la crisis de identidad que vivió España tras la pérdida de Cuba y Filipinas, a lo que se unió, apunta este profesor de Arqueología, "las tendencias de nacionalismo periférico que empiezan a surgir en este momento", especialmente en Cataluña y en el País Vasco. Ahora bien, si hasta entonces cualquier proceso nacionalista miraba hacia la Edad Media para fundamentar su identidad, surge en ese momento un interés por ahondar en las raíces de cada pueblo. Y es aquí, cuando se profundiza hasta la aparición de los iberos, donde la investigación arqueológica se presenta más reveladora. Según el profesor Ruiz, "hasta bien entrado el siglo XX, los orígenes de España y el País Vasco son los mismos". Sin embargo, en 1892, Sabino Arana empezó a decir que los vascos no eran iberos y a negar las tesis que asociaban el origen de España a los iberos. No fue hasta 1940 cuando se abandonó la idea de que lo vasco y lo español tenían el mismo origen.

También los intelectuales del régimen de Franco rechazaban las tesis de la existencia de los iberos, considerando que se trataba de celtas algo más civilizados. El profesor Arturo Ruiz cree que detrás de ese argumento "había un argumento para justificar su aproximación a los nazis".

"Ese abuso de los datos arqueológicos no cuestiona que pueda haber, desde determinados planteamientos teóricos, una relación pasado-presente, pero se debe ser muy crítico con esas lecturas tan a la ligera que se hacen", dice el director de la investigación.

Ruiz ve detrás de esos abusos el interés de los políticos por refrendar un programa histórico de identidad, pero censura las "contradicciones" existentes a la hora de construir esas identidades. En su opinión, "es preciso una lectura científica de por qué, en un determinado momento, se hace uso de esa interpretación sobre las raíces de un pueblo". Y se pregunta: "¿Es un uso real o está ideologizado?" A su juicio, "el debate de los nacionalismos interesa tratarlo bien, porque cuando el tema se emplea como legitimación política es preciso tener documentos que impida que se inventen cosas".

Ruiz discrepa también de la corriente del alma de los pueblos, asociada al idealismo alemán, que rastreaba hasta lo más puro de cada civilización para justificar los orígenes de los nacionalismos. "Es verdad que hay elementos culturales que perviven, pero cuando cambia la situación política, económica o social, se producen otras realidades", dice.

En el encuentro mantenido en la Universidad jiennense se han dado cita otros prestigiosos arqueólogos europeos, como Pierre Rouillard, de la Universidad de la Sorbona de París, además de representantes del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, del Museo Arqueológico Nacional, de la Real Academia de la Historia y otras universidades.

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