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75 empresas se acogieron a las 'minivacaciones fiscales' y 73 al crédito a la inversión del 45%

El País

Hace una semana se conocía el pacto entre el Gobierno central y las administraciones vascas para poner punto final a la llamada guerra fiscal. Euskadi y el Ministerio de Hacienda pactaban la retirada de todos los recursos pendientes en relación a normas fiscales vascas y la retirada de la normativa foral más polémica, la relativa a los incentivos fiscales a la inversión. 75 empresas se beneficiaron de las minivacaciones fiscales y 73 del crédito fiscal del 45% para inversiones de más de 2.500 millones de pesetas. El balance es para las tres haciendas positivo, independientemente de la polémica suscitada en el conjunto de España y en la Unión Europea sobre el uso del Concierto Económico vasco.

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emana todo era optimismo entre las tres haciendas vascas y la Administración central. Muchos llegaron a pensar que se había producido una especie de rendición a cambio de paz judicial y que Euskadi, por fin, había entrado en razón. Sin embargo, nada es lo que parece. Se trata de un mero pacto más en el desarrollo del Concierto Económico Vasco. Las minivacaciones fiscales que se aplicaron por vez primera en 1996, suponen la rebaja en el Impuesto de Sociedades para las empresas de nueva creación de un 99% el primer año, un 75% el segundo, un 50% el tercero y un 25% el cuarto. De todo el tejido industrial vasco tan solo 75 empresas gozaron de este privilegio. "Sus resultados han sido altamente positivos ya que a lo largo de estos años han servido para colaborar en la extraordinaria renovación industrial que se ha producido en el territorio", señala Javier Urizarbarrena, diputado de Hacienda de Vizcaya.

El optimismo de Urizarbarrena choca con la moderación de su homólogo en Álava, Juan Antonio Zárate: "Los estudios que se han realizado coinciden en que estos incentivos no han sido elementos decisivos a la hora de la implantación en un territorio. Álava debe seguir apostando por la calidad de las infraestructuras y de su mano de obra y por la alta tecnología industrial para facilitar la inversión. Estos incentivos han supuesto un efecto complementario".

Álava a la cabeza

La opiniones de Zárate no impiden que Álava, precisamente el territorio menos poblado del País Vasco, haya sido con mucho el territorio que más se ha beneficiado de las minivacaciones. 40 empresas con inversión prevista de 36.182 millones se acogieron a la medida desde su puesta en funcionamiento. En segundo lugar está Vizcaya con 23 empresas, y le sigue Guipúzcoa con 12.

El escaso optimismo alavés se comprende si se tiene en cuenta que los dos conflictos más importantes se han producido por las ayudas a la implantación de dos empresas en Álava. Es el caso de la multinacional coreana Daewoo y del fabricante de cápsulas para botellas Ramondín. Los dos casos han sido sancionados por la Comisión Europea y recurridos ante el Tribunal de las Comunidades Europeas.

Al éxito relativo de las las minivacaciones fiscales hay que sumar el otro incentivo polémico, el crédito fiscal del 45% a las inversiones superiores a los 2.500 millones de pesetas. Vizcaya se lo concedió a 47 empresas, Álava a 40 y Guipúzcoa a 20. "La bonificación fiscal del 45%, que siempre hemos considerado como una ayuda coyuntural, nos vino dada porque Álava fue la primera en introducirlo con los socialistas en la Diputación. Lo incorporamos en 1997 y evidentemente ese año las empresas optaron por hacer inversiones fuertes. Así que el incentivo ha servido para para colocar a muchas empresas en la competitividad", asegura Antton Marquet, diputado de Hacienda de Guipúzcoa.

En todo caso, los responsables de las tres haciendas coinciden en que los incentivos fiscales tenían un carácter coyuntural y en que posiblemente estaban cerca de haber cumplido su plazo de efectividad. "A estas medidas les quedaba poco tiempo de vida útil. Podríamos haberlas exprimido más, pero pensamos que ya por poco tiempo", indica Urizarbarrena.

Capacidad plena

Más allá de la temporalidad o el éxito de los incentivos fiscales recién derogados, el Concierto Económico, que debe ser renegociado antes del 1 de enero de 2002, tiene sus capacidades plenas. De hecho, al mirar las capacidades normativas se puede observar que todas ellas se conservan y que Euskadi cuenta con normas del Impuesto de Sociedades, del IRPF o de Sucesiones propias y diferenciadas de las del resto de España.

La única sombra que planea sobre la aplicación del Concierto es la de la Comisión Europea que, pese a los acuerdos entre las distintas administraciones españolas, ha anunciado que va a mantener el expediente abierto contra los incentivos fiscales vascos a la inversión porque hay muchas empresas que se han beneficiado de unas ayudas que, a su entender, vulneran las normas europeas de competencia.

Esta información ha sido elaborada por Mikel Ormazabal, Eduardo Ortiz de Arri y Pedro Gómez Damborenea.La pasada s

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