¿Un regalo para Frei?

El pasado 21 de mayo, el presidente Eduardo Frei se comprometió ante el pleno de las dos cámaras del Parlamento a lograr el regreso a Chile del general Augusto Pinochet antes de entregar el mando al nuevo jefe de Estado, el 11 de marzo próximo. Hasta la tarde del martes, el compromiso del mandatario chileno tenía mucho de buenos deseos y poco de realidad. La sorpresiva declaración de intenciones del Ministerio del Interior británico de impedir la extradición del exdictador a España por razones humanitarias dio un vuelco espectacular a las grises expectativas del Gobierno en el caso Pinochet.Frei no podía recibir mejor noticia en la recta final de su mandato, que hasta fecha reciente estuvo plagada de dolores de cabeza. La incierta situación del exdictador en Londres, la recesión económica, la sequía y los problemas de suministro eléctrico se presentaban como los peores acompañantes en la despedida de Frei tras seis años al frente del Gobierno. Pero, como si hubiera acariciado una bola mágica, el presidente está cerca de revertir la situación. Las previsiones de los economistas apuntan un crecimiento entre el 6% y el 7% para este año, después del 0,5% negativo con que cerró 1999. El desempleo retrocede y los más eufóricos ya hablan de recuperar el autoatribuido papel de jaguar de la economía latinoamericana.

El mayor escollo que tienen por delante Frei y el Gobierno de la Concertación es la cita electoral del domingo próximo. Una derrota de Ricardo Lagos frente al derechista Joaquín Lavín sería desastrosa para el presidente.