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Los buques del siglo que viene

Aurora Intxausti

Los peces lo van a tener cada vez más difícil para lograr escaparse de las redes de los pescadores vascos, si tal y como está previsto en la próxima década los puertos pesqueros optan por una profunda transformación de las condiciones de trabajo en los buques. El Gobierno prevé que cerca de 240 barcos de los 366 que componen actualmente la flota de bajura sean renovados en los próximos seis años. Los casi 2.000 tripulantes que faenarán en las nuevas embarcaciones o en los barcos remozados lo harán en mejores condiciones que hasta ahora y con medios técnicos más avanzados. La inversión que se va a realizar en los nuevos buques ascenderá a casi 20.000 millones de pesetas, según el documento de programación en materia de pesca que ha elaborado el Ejecutivo vasco y que remitirá a Bruselas el próximo enero.La flota de bajura vasca es una de las más importantes de Europa, ya que la integra el 25% de los buques, tripulantes y arqueo de la flota española con más de 24 metros de eslora. A la mejora de las condiciones de trabajo de los pescadores en las futuras embarcaciones se une el incremento de empleos en los astilleros. En el año que ahora acaba se asignó la creación de 44 embarcaciones para los astilleros de Guipúzcoa y Vizcaya; algunas de ellas ya están navegando y las otras saldrán de las atarazanas en los próximos meses.

Los responsables de Pesca del Gobierno vasco esperan que en los próximos años se mantenga la normativa estatal de bajas y que, incluso, se flexibilice para favorecer el proceso de renovación. Por cada barco que se destruye se construye otro del mismo tonelaje. La mayoría de las embarcaciones que faenan en las pesquerías de bajura tienen más de 20 años. El cambio en los buques debe hacerse en los dos próximos ejercicios, ya que después del año 2001 es probable que se endurezcan las medidas y se apliquen nuevas restricciones. Estados Unidos y Australia, entre otros países, son partidarios del desarme arancelario, de la globalización y la desregulación, postura que no comparte el Gobierno vasco que es partidario, al igual que el comisario de Pesca, Franz Fischler, de mantener las ayudas para la renovación de la flota.

Los barcos matriculados en el País Vasco, según el viceconsejero de Pesca, Luis Miguel Macías, deben renovarse para "pescar mejor, con mayor eficacia las cuotas actuales, con menores costes, con mayor seguridad y mejores condiciones laborales". Añade que los barcos deben adecuarse a las demandas de los mercados pesqueros del nuevo milenio y que "en esta adecuación se encuentra el ubicar espacios para el manipulado de pescado y que éste llegue al consumidor en las mejores condiciones posibles".

Las ayudas para mejorar el mundo de la pesca durante los próximo siete años en el País Vasco rondarán los 33.000 millones de pesetas, de los que cerca de 20.000 procederán de la Unión Europea y el resto, de las subvenciones que figurarán en los presupuestos del Ejecutivo vasco.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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