La protesta de los desempleados se extiende por todo el país

Los dos partidos políticos más importantes del país se acaban de gastar entre ambos 100 millones de dólares (16.400 millones de pesetas) en la campaña publicitaria previa a las elecciones que finalmente ganó la Alianza de radicales, peronistas disidentes, socialistas y democristianos, y llevó al radical Fernando de la Rúa a la presidencia de la nación. El Parlamento aprobó el jueves un nuevo presupuesto, en el que se recortan 1.400 millones de dólares de gastos del Estado, entre ellos 76 millones del llamado Plan Trabajar, que era un subsidio encubierto para los desempleados.Según las cuentas oficiales, las provincias argentinas tienen una deuda pública conjunta de 18.000 millones de dólares, y el próximo año el Gobierno nacional tendrá que pedir al exterior otros 17.000 millones de dólares para cumplir con los pagos de intereses de la deuda externa y con el déficit fiscal previsto en el presupuesto.

Ahora mismo, en Tartagal, provincia de Salta, al norte del país, los empleados públicos mantienen cortada una carretera nacional y están dispuestos a hacer estallar un camión cisterna cargado con 34.000 litros de gasolina. Como en todos los casos, los manifestantes reclaman la reincorporación de los despedidos, el pago de los salarios atrasados y la continuidad del Plan Trabajar. Todavía no saben que ya no existe.

Como se esperaba, la primera ficha del dominó cayó nuevamente en Corrientes. La crisis política hizo detonar el conflicto social que está latente en las provincias más pobres del país. Los llamados piqueteros, que cortan puentes, rutas y caminos, provocando el colapso del tránsito de camiones y la pérdida de mercaderías perecederas, incendian la protesta en Formosa, Jujuy, Neuquén, Río Negro, Salta y Entre Ríos. Según cifras oficiales, en Argentina hay casi cuatro millones de personas desocupadas o subocupadas. Mientras la economía creció en los últimos 10 años un 50%, el desempleo ascendió al 146% en el periodo de gobierno del peronista Carlos Menem.