El exceso de trabajo podría alterar la coagulación

Un estudio holandés ha aportado una pista para entender por qué el exceso de trabajo puede facilitar la enfermedad coronaria. Aunque la cuestión de si el estrés puede provocar un infarto sigue siendo muy controvertida, esta investigación sugiere que las personas muy competitivas pueden tener alterado su sistema fibrinolítico, un mecanismo natural del organismo para disolver los pequeños coágulos que se forman en las arterias.

En este trabajo, patrocinado por la Organización Holandesa de Investigación Científica y publicado en el último número de la revista Psychosomatic Medicine, participaron 124 ejecutivos, a los que se les sometió primero a un cuestionario para valorar su percepción del estrés en el trabajo, sus habilidades para enfrentarse a él y la relación entre el esfuerzo personal y las recompensas obtenidas. Posterioremente, se les realizaron varios extracciones de sangre a lo largo de una semana de trabajo.De acuerdo con el estudio, "los individuos excesivamente comprometidos con su trabajo son competitivos, impacientes y tienen una elevada necesidad de aprobación", dice Tanja G.M. Vrijotte, coautor del estudio. "A la larga, tienen mayor riesgo de agotamiento y colapso nervioso". En los análisis de sangre, las personas con un estilo de trabajo más agotador también presentaban mayor tendencia a un deterioro del sistema fibrinolítico, lo que podía predisponer a una mayor formación de coágulos.

Los estudios sobre el estrés son incesantes. Alrededor de un millar de nuevos trabajos, de desigual propósito y calidad, se recogen cada mes en las bases de datos. Sin embargo, las autoridades médicas no acaban de reconocer el estrés como una causa de enfermedad coronaria, aunque no se descarta que pueda ser un factor que intervenga. La disparidad de resultados en los estudios ha hecho que se hable -como del colesterol- de un estrés bueno y un estrés malo.

Si una cierta dosis de estrés o tensión parece necesaria para hacer frente al trabajo con mayor determinación y eficacia, el estrés acumulado en largas jornadas de trabajo también podría ser una causa de enfermedad. Un estudio realizado en 300 compañías del Reino Unido por la firma Gee Publishing y divulgado por la BBC el pasado 3 de octubre hacía de nuevo sonar la alarma sobre los efectos perniciosos del estrés en el trabajo: el estrés era ya la primera causa de absentismo laboral, superando al catarro.

En la continua avalancha de estudios sobre el estrés también se ha investigado cómo influye en el tratamiento médico. En el mismo número de la revista Psychosomatic Medicine se publica otro artículo que indica que el estrés bloquea el efecto de los fármacos antiisquémicos. De acuerdo con un trabajo de investigadores de la University of British Columbia y del Ottawa Heart Institute, de Canadá, las personas muy estresadas y que además padecen enfermedad coronaria no responden tan bien al tratamiento como los pacientes con menor nivel de estrés psicológico. Este trabajo, realizado con 80 pacientes durante 12 semanas para evaluar el beneficio del tratamiento antiisquémico (con dos fármacos utilizados habitualmente: atenolol y amlodipino), ha puesto de manifiesto que "los factores psicológicos pueden debilitar la respuesta de un paciente a la medicación", según Thomas Rutledge, autor principal del trabajo.