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Jospin: "No me inquieta la reacción británica"

El Gobierno francés se aplicó ayer a la tarea de tratar de reducir los daños que su decisión del miércoles puede acarrearle en los terrenos diplomáticos y económicos europeos. Mientras el primer ministro, Lionel Jospin, trataba de restar trascendencia a la agria respuesta de Londres, -"la reacción británica no me inquieta", afirmó-, el ministro de Exteriores, Hubert Védrine, anunció que el Ejecutivo iba a ponerse manos a la obra para "circunscribir" la crisis. En esa tarea, el titular de Asuntos Europeos, Pierre Moscovici, negó que exista una guerra con el Reino Unido y que pueda hablarse de una "crisis europea". La clase política francesa respalda prácticamente en bloque la postura gubernamental de mantener el embargo de la carne británica, en abierto desafío con las instrucciones comunitarias. La decisión adoptada por Jospin por el "principio de precaución" ha sido saludada con una extraña unanimidad de la que participan tanto los "soberanistas" enemigos de la construcción europea, como una izquierda plural temerosa de ser acusada de poner en peligro la salud de sus conciudadanos.

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