Las familias asturianas desoyen la petición rusa y anuncian que no devolverán a los huérfanos
Moscú suspende los programas de acogida con España en protesta por la "retención ilegal"
El conflicto de los nueve huérfanos rusos arrecia. Las familias de Asturias que los acogen reiteraron ayer su negativa a devolverlos a Rusia mientras no lo decidan así los pequeños, cuyo regreso exigen las autoridades de Moscú y los directores de los dos orfanatos de los que proceden. El anuncio de que el Gobierno ruso suspenderá todos los programas de estancia de huérfanos de ese país en España mientras no vuelvan los niños "retenidos ilegalmente" (su permiso de estancia caducó el 31 de agosto) fue tachado ayer de "amenaza y coacción" por el portavoz de las familias asturianas.
Las familias aseguran que no acatarán una orden de repatriación forzosa, y que, si ésta llega a producirse, emprenderán movilizaciones e interpondrán recursos judiciales contra la decisión. Los nueve niños rusos, cuyo permiso de estancia caducó en seis casos el 31 de agosto, tienen entre los 9 y los 13 años. Todos proceden de la escuela-internado de Kiriyevsk (en la región de Tula, al sur de Moscú), con la salvedad de una niña que pertenece al orfanato Orlinoe Gnesdó, de Omsk, en la región siberiana de Novosibirsk.Los niños llegaron a Asturias en julio de 1997 en virtud de un acuerdo negociado a través de la organización no gubernamental Familias de Acogida, con sede en Pola de Siero, distante 20 kilómetros de Oviedo. Su presidente era entonces el actual alcalde de Siero, el socialista Juan José Corrales Montesquín. Para estos niños, a diferencia de otros muchos que han ido a Asturias para pasar las vacaciones, se negoció un acuerdo específico que les permitía prolongar su estancia en España en régimen de estudios (por cursos académicos completos mediante autorizaciones con vigencia anual que debían ser renovadas cada verano). Tras vencer en agosto la última renovación, las autoridades rusas decidieron cancelar la estancia de los pequeños.
Tanto los niños como las nueve familias de Oviedo, Blimea, La Felguera, Ribadesella, Siero y Mieres que los acogen desde hace dos años y medio se negaron a acatar la orden de regreso a Rusia por temor a que no se les permitiese volver de nuevo a Asturias. Jaime Simón, minero prejubilado, de 43 años, casado, padre de tres hijas, vecino de Siero y portavoz de las familias, reiteró ayer la negativa a que los chavales regresen a su país mientras los niños no lo decidan así. Con Jaime Simón y su familia convive una de la niñas rusas motivo del conflicto, Vera K., de 11 años. "Voluntariamente no vamos a devolver a los niños. Mientras no recibamos una orden de repatriación forzosa, no vamos a tomar ninguna iniciativa. Si ésta se produce, nos movilizaremos y emprenderemos los recursos legales y judiciales que estén a nuestro alcance", dijo Simón.
En su opinión, la decisión del Ministerio de Educación ruso de cancelar el envío a España de niños de los orfanatos hasta tanto no sean devueltos los menores retenidos ilegalmente en Asturias es "un chantaje duro y cruel". "Desde hace meses, y como medida de presión, tampoco se está permitiendo hablar con sus familias de Rusia a los niños que están aquí, y lo peor es que también se están vengando de niños que están en Rusia, que no son culpables de nada, y a los que tampoco se les está permitiendo hablar por teléfono con las familias asturianas que los han acogido durante años y que los devolvieron a su país. ¿Cabe mayor chantaje que ése?", se preguntó Simón.
La medida rusa ha bloqueado ya nueve programas de estancia en Castilla-La Mancha, Andalucía, Cantabria y la propia Asturias, que afectan a más de 230 niños. "Se está dando la imagen de que las familias tenemos secuestrados a los niños, pero eso no es así", afirmó ayer Simón.
Renovación truncada
"Estos nueve niños vinieron en el verano de 1997 para pasar dos meses de vacaciones, y estando aquí, el director del orfanato de Kiriyevsk y el entonces presidente de Familias de Acogida nos ofrecieron a las familias y a los niños la posibilidad de que se quedaran a estudiar hasta al menos la mayoría de edad, aunque los permisos, al no poder ser por periodos superiores al año, debían ser renovados para cada curso". "Ahora exigen incluso la vuelta de niños que tienen permiso en vigor hasta febrero del 2000. Por tanto, ni es un problema de caducidad de las autorizaciones, porque algunos permisos aún no se han agotado, ni ha sido un capricho de las familias retener a los niños", señala el portavoz de las familias.
"Las familias estamos dispuestas a asumir la responsabilidad de nuestra decisión y a pechar con las consecuencias de la irregular situación de los niños, pero pedimos que también se exijan responsabilidades al director del orfanato ruso y a Juan José Corrales porque ellos nos ofrecieron que los niños se quedasen para que cursaran sus estudios hasta al menos su mayoría de edad", concluye Simón.
Juan José Corrales, alcalde de Siero, del PSOE, negó ayer este extremo y señaló que fueron las familias las que pidieron que los niños se quedasen. "Está firmado en los documentos", señaló. "Las familias deben ser coherentes. Yo no tengo más responsabilidad que la de mi actitud altruista, y no tiene sentido que las familias por un lado me pidan ayuda y por otro me acusen".
En todo caso, Corrales quiere evitar cualquier polémica con las familias y reitera que está trabajando para tratar de resolver favorablemente el conflicto, aunque lamenta las "dificultades" que está encontrando "en los ministerios de Asuntos Exteriores" de España y Rusia. Corrales alaba la actitud del cónsul ruso en España Iván Zherebtsov, y lamenta la "escasa colaboración" del cónsul general de España en Moscú, Melitón Cardona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Acogida niños
- Conflictos diplomáticos
- Comunidades autónomas
- Extranjeros
- Principado de Asturias
- Rusia
- Política exterior
- Inmigrantes
- Familia
- Europa este
- Inmigración
- Administración autonómica
- Relaciones internacionales
- Europa
- Relaciones exteriores
- España
- Migración
- Demografía
- Administración pública
- Niños
- Servicios sociales
- Infancia
- Política social
- Sociedad