Polémica por el traslado de 19 lápidas de la catedral de Ávila

Las obras que se llevan a cabo en el presbiterio de la catedral de Ávila, paralizadas desde hace tres semanas, han levantado una seria polémica entre el Obispado y la Junta de Castilla y León por el tratamiento de las lápidas de las tumbas de 19 obispos de la diócesis enterrados en esta zona del templo. Mientras la Junta ha abierto un expediente, el pleno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando ha solicitado información sobre los trabajos.Los diversos proyectos elaborados por la diócesis no han superado la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio. La intención inicial del obispo, Adolfo González Montes, era la de trasladar las lápidas de 19 antecesores suyos a otro lugar, idea que luego cambió por la de taparlas para siempre con un nuevo suelo. La última idea, que tampoco logró el visto bueno de la comisión, por lo que ahora la decisión directa se encuentra en la Dirección General de Patrimonio del Gobierno regional, era la de poner sobre las lápidas unas losetas de madera a modo de tarima que pudieran levantarse en cualquier momento.

Por su parte, el pleno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando se ha dirigido a Junta, Obispado y Cabildo catedralicio para conocer con detalle las actuaciones en la catedral de Ávila. El académico Pedro Navascués no ha ahorrado palabras al criticar las obras y ha dicho que suponen "una actuación miserable para la grandeza de la catedral", calificando las actuaciones como "deplorables, gratuitas y no prioritarias". "El obispo se irá a otra diócesis y al deán lo trasladarán, pero lo que se haga en el templo quedará para siempre", denunció.

Una obra mayor

Navascués se refirió a que la pretensión es la de "muy hábilmente presentar las actuaciones como obras menores cuando en realidad es una obra mayor", por lo que "así, en un par de años", dijo, "han destrozado la catedral".

La academia observa con preocupación cómo las intervenciones no se encuentran recogidas en el Plan Director de la Catedral, a la vez que supone un contrasentido que el mismo arquitecto, Pedro Feduchi, que elaboró el plan para la Junta, sea el que trabaje para el Obispado.

El académico criticó que las actuaciones en el templo demuestran falta de sensibilidad hacia la historia de la cultura y de la propia Iglesia, y falta de respeto del prelado hacia la memoria de sus antecesores.

El obispo de Ávila, Adolfo González Montes, pretende con estas actuaciones adecuar el templo para la normativa litúrgica del Concilio VaticanoII, aunque será difícil que pueda inaugurar las obras -como era su intención- el día de Navidad con el acto de apertura del Año Jubilar.