El olivo, la bestia contra la técnica

El olivo es el único cultivo cuyos métodos continúan anclados en los tiempos de Jesucristo. Los avances técnicos en otras parcelas agrícolas no han llegado a la olivicultura a causa de la fortaleza y el empuje de un árbol que se resiste a ser dominado. "El olivo continúa siendo una bestia que crece imparablemente y acaba convirtiéndose en una auténtica catedral", asegura Santolaya. En la finca de Siurana se ha procurado únicamente que el árbol crezca recto y se han minimizado los estragos de la tramontana reforzando las hileras de árboles con un grueso alambre. Las podas se efectuarán a partir del sexto año de vida, para depurar la forma de los setos y facilitar el uso de las recolectoras. La vendimiadora adaptada empleada este año ha dado un rendimiento satisfactorio, aunque en la próxima cosecha se experimentará un prototipo con una boca de entrada de 3,5 metros de altura y 2,5 de anchura. Los técnicos de la explotación están decididos a aplicar cualquier nueva técnica que aparezca en el mercado mundial y no descartan que cuando los árboles lleguen a su cenit se opte por un procedimiento mecánico consistente en hacer vibrar el tronco. La empresa Rodau, SL, tiene en Mallorca una finca cuyo aceite, que se lanzó el año pasado, ha gozado de gran aceptación entre la crítica gastronómica, y ha exportado la mitad de su producción. El descubrimiento del aceite de oliva por los consumidores de los países no productores y las bondades de la dieta mediterránea, reconocidas por los médicos, auguran, según los promotores de las explotaciones, un auge considerable de la olivicultura. El aceite de oliva, la única grasa vegetal extraída como un zumo de frutas, representa únicamente el 3% de todas las grasas consumidas en el mundo