Una ofensiva de las FARC en toda Colombia deja al menos 50 muertos y decenas de heridos

Cerca de 50 guerrilleros, militares y policías murieron ayer en ataques de las FARC en 13 poblaciones de siete provincias de Colombia, la mayor ofensiva insurgente desde el pasado mes de julio, según el Ejército. El asalto de mayor envergadura tuvo lugar en Inírida, la capital de la región selvática del Guainía, fronteriza con Brasil, donde varios centenares de rebeldes combatían esta madrugada con tropas de la policía y del Ejército. De 30 a 35 guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) pueden haber muerto en estos choques, según el comandante de la Marina, el almirante Sergio García.

Al menos un suboficial del Ejército perdió la vida y seis infantes resultaron heridos en Inírida, puerto sobre el río internacional homónimo y situado a unos cincuenta kilómetros del límite este de Colombia con Brasil, según la misma fuente. Las autoridades castrenses precisaron que los rebeldes que atacan dicha capital -y la base naval donde instructores estadounidenses forman a tropas colombianas- pertenecen a tres frentes del Bloque Oriental de las FARC y llegaron al lugar en unas 30 embarcaciones. Un balance anterior dado a conocer por Arnaldo Rojas, gobernador del selvático departamento de Guainía, daba cuenta de al menos un militar muerto y siete civiles heridos. "Entre los heridos hay un hermano mío", señaló el gobernador. Rojas, que se encontraba en Bogotá, dijo haberse comunicado telefónicamente con sus familiares y subalternos en Puerto Inírida (600 kilómetros al sureste de Bogotá). Según el gobernador, el ataque lanzado por la FARC "es bastante grande" y la incursión "había sido anunciada".

"Sabíamos que esto iba a ocurrir (...), y el Gobierno ha dispuesto todo lo necesario a través de la fuerza pública para repeler a las FARC", dijo anoche en Bogotá el ministro del Interior, Néstor Martínez. La más antigua y numerosa guerrilla de Colombia lanzó esta ofensiva el martes por la noche con ataques en 13 poblaciones de siete departamentos.

Ocho policías muertos, 11 heridos y tres desaparecidos dejan estos combates, que también causaron graves destrozos en puestos de la fuerza pública, edificaciones públicas e infraestructuras del petróleo y la electricidad. La ofensiva ha alcanzado a las poblaciones de Jerusalén, en el departamento (provincia) central de Cundinamarca; Villarica, Dolores, Prado y La Arada, en el del Tolima, suroeste; Baraya y Colombia, en el sureño del Huila; Arauquita, en el Arauca, noreste; La Hormiga, en el Putumayo, frontera sur con Ecuador; Cocorná, en Antioquia, noreste; Puerto López y Fortul, en el Meta, centro del país.

Sabotaje a infraestructuras

En Arauquita y La Hormiga, los rebeldes dinamitaron dos oleoductos, en tanto que en Cocorná, volaron varias torres de redes de transmisión de electricidad, según precisó un informe facilitado a los periodistas por el mando de las Fuerzas Militares. A las afueras de Colombia, aviones de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) bombardearon dos camiones que eran utilizados por los rebeldes para trasladarse y donde, según calculan las autoridades militares, pudieron morir unos 20 guerrilleros. Los combates persisten en Villarrica, Baraya y Colombia, advirtió el comandante de las Fuerzas Militares, el general Fernando Tapias. El número de heridos en todos los enfrentamientos es numeroso, pero aún no se conoce con detalle.

El alto oficial mantuvo que en los ataques en Cundinamarca, Huila y Tolima participaron centenares de guerrilleros que provenían de la zona de distensión -de unos 42.000 kilómetros cuadrados- establecida en selvas del sur del país para los diálogos de paz del Gobierno con el grupo insurgente. "Están violando las normas dispuestas allí y en contra de la buena fe de los colombianos", prosiguió Tapias.

El general Fernando Tapias también criticó ayer lo que consideró una ofensiva lanzada por las FARC tras la propuesta de tregua de fin de año ofrecida por el presidente del país, Andrés Pastrana. "El señor presidente hizo una propuesta buscando que los colombianos tuviesen un momento de tranquilidad y lo que le respondieron al pueblo colombiano es que no le quieren dejar tranquilidad, que quieren seguir cometiendo actos de terrorismo", afirmó Tapias.

Tapias manifestó que, según los guerrilleros, "para beneficiar al pueblo colombiano, hay que seguir asesinando, secuestrando, extorsionando y volando los servicios públicos, colocando bombas".

Además de la ofensiva desatada desde el martes, presuntos miembros de las milicias urbanas de las FARC colocaron ese mismo día un coche bomba cerca de las instalaciones de la Cuarta Brigada del Ejército en Medellín, capital de Antioquia, que causó heridas a 14 personas y destrozos materiales. El Gobierno y las FARC establecieron conversaciones de paz en enero pasado y el 24 de octubre comenzaron la etapa de negociaciones. Para aceptar la tregua propuesta por Pastrana, el grupo insurgente planteó el lunes una lista de exigencias difíciles de cumplir en el mes de alto el fuego navideño, tales como lograr el regreso de 1,5 millones de desplazados, aumentar el salario mínimo y rechazar la cooperación militar de Estados Unidos.