El tribunal auditor de la UE denuncia un desfase de medio billón en la ayuda al Este

La Comisión Europea y los Estados miembros cometieron múltiples errores en la ejecución del presupuesto comunitario para 1998, pero no se han descubierto fraudes. Así lo indica el informe sobre el ejercicio pasado hecho público ayer por el Tribunal de Cuentas. Los errores más graves se detectan en las ayudas a Europa del Este y a Rusia, cuyas deudas están subestimadas en casi medio billón de pesetas, unos 460.000 millones.Unos llevan la fama y otros cardan la lana. Desde la crisis de la Comisión de Santer, las críticas contra la mala gestión se cebaron contra la ayuda humanitaria y la política mediterránea, a impulsos del eurodiputado popular Juan Manuel Fabra Vallés, ahora candidato al Tribunal de Cuentas propuesto por el vicepresidente económico español, Rodrigo Rato.

A la luz del informe publicado, que no presentado, en el Parlamento Europeo -por desquite de la cúpula de la Cámara tras su filtración parcial a la prensa alemana-, ese enfoque da risa. Resulta que el capítulo más negro es el de los pagos: los auditores rehúsan "emitir una declaración positiva sobre la legalidad y la regularidad" de los mismos. La parte del león de los errores corresponde a la subestimación del "pasivo potencial". Y de esa mala contabilidad en cuanto a las acciones externas, sólo 30 millones de euros (500 millones de pesetas) corresponden a los Protocolos Mediterráneos. El grueso del desfase contable, casi medio billón de pesetas, proviene del caos en PHARE y TACIS, de ayuda a Rusia y a Europa del Este.

Esa cifra es aproximativa, porque el primoroso tribunal se equivoca al consignar dos versiones distintas de la misma: 2.794 millones de euros en el resumen y 2.764 millones en la página 266 del informe (desglosadas por áreas, 2.212 en PHARE; 495 en TACIS y 57 en la antigua Yugoslavia). Ese desfase contable no implica necesariamente fraude, señala, pero podría esconderlo. También detecta, como en años anteriores, numerosos errores en los gastos agrícolas -sobre todo en las ayudas a herbáceos y aceite- y estructurales, imputables más a los Gobiernos que a la Comisión, reconoce el informe.

Pese a estas reservas, el Tribunal de Cuentas concluye que, en general, "las cuentas del ejercicio 1998 reflejan fielmente los ingresos y gastos, así como la situación financiera de la Comunidad al final del ejercicio".