Nada que ver con Sherlock Holmes

Los que han estudiado criminología o trabajan en esta profesión afirman que una persona sola no puede resolver un caso, al más puro estilo Sherlock Holmes. Se necesita la colaboración de forenses, biólogos y topógrafos, entre otros. Por eso, cuando se les menciona el caso que resolvió el famoso personaje literario al observar la penetración de una galleta en la mantequilla, dicen que lo que ellos hacen es algo más serio.Sergio Fernández, guardia civil y biólogo, trabaja como experto criminalista en un grupo de Granada que componen 17 personas. Manejan un sistema informático, único en el mundo, que reconstruye accidentes de tráfico a partir de parámetros reales. Cuando un coche choca con otro, pongamos por caso, estos 17 expertos se reúnen: hay físicos, biólogos, topógrafos, forenses y especialistas en imágenes. Y no entra en juego la intuición, cada uno averigua desde su área profesional cómo sucedió todo. Diseñan el guión que luego los expertos informáticos transforman en una película animada que ayuda a jueces y abogados a comprender los hechos segundo a segundo. Qué campo de visión tenía el conductor; en cuánto tiempo podía reaccionar si su postura en el coche era ésta y aquélla y en qué momento vio la curva.

Por eso, estos profesionales defienden que un criminólogo podría realizar algunas tareas, pero nunca resolver un caso al completo porque le faltaría formación. Tendrían que ser, además, forenses o biólogos. "Podrían, eso sí, organizar la idea y coordinar todos los lenguajes de los expertos".

El equipo de Granada trabajó, por ejemplo, en la explosión de la cafetería Capuccino de Mallorca. Después de reconstruir el accidente, dictaminaron que fue un escape de gas subterráneo el causante de la explosión que hizo saltar por los aires el local.

Pero el programa informático y el despliegue profesional que necesitan es tan amplio y complejo que cuando se requieren los servicios de estos expertos es porque el asunto es grave: hay una tragedia por medio o algunos millones en juego.

"Hay otros programas que se están utilizando, pero que no son fiables; simplemente recrean un hecho sin mucha fiabilidad". Nada que ver con Sherlock Holmes, entre otras cosas, porque los accidentes de tráfico en aquella época brillaban por su ausencia. Ni qué decir de los programas informáticos.