Gorbachov critica las condenas contra los dirigentes de la RDA
Las diferencias entre los protagonistas del décimo aniversario de la apertura del muro de Berlín asomaron ayer en uno de los momentos más solemnes de la fiesta, la sesión parlamentaria que se celebró en Berlín. En ese escenario, el ex presidente soviético Mijaíl Gorbachov y el canciller alemán, Gerhard Schröder, discreparon sobre el veredicto del Tribunal Supremo alemán que, la víspera, confirmó las condenas de tres ex líderes de la República Democrática Alemana (RDA).
Egon Krenz, el sucesor de Erich Honecker al frente del SED (partido de la Unidad Socialista alemana) y del Estado, Günter Schabowski y Günther Kleiber, vieron confirmadas sus sentencias -de seis años y medio en el primer caso, y de tres años para cada uno de los otros dos- por sus responsabilidades en la muerte de fugitivos que intentaban huir de la RDA. Aunque algunos políticos alemanes se han pronunciado a favor de una amnistía, esta propuesta no parece responder al estado de ánimo predominante en la élite política de Alemania diez años después de la caída del Muro. Wolfgang Thierse, el presidente del Bundestag (Parlamento federal), recordó ayer que en las fronteras internas alemanas habían muerto 943 personas desde 1949. De ellas, 764 habían perecido a partir del 13 de agosto de 1961, la fecha en que comenzó la construcción del Muro.Gorbachov no quiso limitarse ayer a los piropos mutuos con el ex presidente norteamericano, George Bush, y el ex canciller alemán, Helmut Kohl. El ex líder soviético se acercaba ya al final de su alocución cuando de repente cambió de tono. "Hay algunos fenómenos que despiertan mi incomprensión", dijo con voz lenta, como si le costara hablar. "Mi incomprensión", reiteró Gorbachov, mientras la atmósfera hasta entonces distendida se hacía repentinamente tensa y el aire bajo la cúpula diseñada por Norman Forster podía cortarse con un cuchillo.
"Me refiero a la actuación de las autoridades ante los antiguos dirigentes de la RDA. Hoy se juzga a los antiguos dirigentes que hace diez años contribuyeron a hacer permeable el Muro. Eso no lo entiendo", dijo Gorbachov. Unos tímidos y aislados aplausos, posiblemente de los diputados del PDS (el partido de los ex comunistas de la RDA) corearon la toma de posición del ex líder de la URSS. Gorbachov recuperó después el tono optimista y conmemorativo y recibió una gran ovación.
Gerhard Schröder, que había hablado antes que Gorbachov, dijo estar en contra de poner fin a la elaboración jurídica de las injusticias del régimen de la RDA. "No debe ponerse punto final a la elaboración histórica y judicial", afirmó el canciller, sin adentrarse en detalles. Por su parte, Helmut Kohl quitó legitimidad a los dirigentes comunistas de la RDA, al recalcar que el primer gobierno libremente elegido en aquel país había sido el de Lothar de Maizière, es decir el que surgió de las elecciones del 18 de marzo de 1990.
La última palabra
Seis oradores se sucedieron durante una hora y media (en lugar de la hora prevista) ante el pleno. En la lista se había producido un cambio significativo. La palabra final no correspondió a Schröder, tal como estaba planeado, sino a su antecesor, Helmut Kohl. El ex canciller aprovechó la ocasión para reiterar sus advertencias (dirigidas al actual Gobierno alemán) sobre la necesidad de que la reunificación alemana esté indisolublemente unida al proceso de unidad europeo y de no descuidar ni las relaciones con París ni las relaciones con Polonia.Unos concentraron sus palabras sobre un aspecto concreto de la reunificación alemana y otros la miraron en perspectiva. En esta última categoría se situó el canciller Schröder, que pasó revista a los varios "9 de noviembre" importantes para la historia de Alemania, especialmente el 9 de noviembre de 1938, fecha del pogromo que inició la persecución masiva de los judíos en el Tercer Reich. El 9 de noviembre de 1989 es una "segunda oportunidad" para Alemania y para Europa, aseguró el canciller en un tono poco emotivo.
En nombre de los disidentes, y para los disidentes, habló ayer Joachim Gauck, el jefe de la institución que se encarga de la custodia de los expedientes de los servicios de seguridad de la RDA. Gauck, un pastor protestante procedente de Rostock, fue incluido a última hora en la lista de oradores para satisfacer a quienes protestaban por la marginación de los líderes de la protesta popular en la RDA. Gauck invocó como figuras de referencia al luchador por los derechos cívicos en Estados Unidos Martin Luther King, y al científico nuclear soviético Andréi Sájarov. En su opinión, los alemanes del Este y el Oeste se han hecho dos regalos mutuos. Los primeros han protagonizado una lucha por la libertad que rompe con las tradiciones históricas de sumisión, al kaiser o a la dictadura. Los segundos han regalado la "sociedad civil" construida en la democracia de posguerra.
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